El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, ha expresado su disposición a llevar a cabo reformas en la AP, aunque destaca que cualquier cambio debe realizarse en el marco de una iniciativa diplomática más amplia que busque una solución de dos Estados, un enfoque al que se opone Israel.
Abbas enfatizó que el problema no radica en cambiar a los líderes palestinos y formar un nuevo gobierno, sino en las políticas implementadas por el gobierno israelí. Esto lo declaró durante una entrevista con Reuters, donde se le preguntó sobre las propuestas estadounidenses para mejorar la capacidad de la AP en la administración de Gaza después de los recientes conflictos.
A pesar de que los funcionarios estadounidenses han estado discutiendo ideas para que Abbas nombre a un adjunto o delegue competencias clave a un primer ministro con el propósito de llevar a cabo reformas necesarias, Abbas ha reiterado su solicitud de que Estados Unidos patrocine una conferencia de paz internacional, similar a la cumbre de Madrid de 1991. Esta conferencia estaría destinada a promover la creación de un Estado palestino basado en las fronteras previas a 1967.
Abbas también ha reiterado su postura en contra del uso de la violencia y a favor de la resistencia pacífica como método para avanzar en la causa palestina. Además, se mostró abierto a la idea de que la Autoridad Palestina retome el control en Gaza, siempre que esto forme parte de una iniciativa más amplia para lograr la coexistencia de dos Estados.
Sin embargo, destacó la necesidad de recursos, ya que gran parte de Gaza resultó dañada durante los enfrentamientos. Abbas atribuyó parte de la responsabilidad a Estados Unidos, al considerarlo “cómplice” de Israel en los acontecimientos en Gaza.
El presidente de la Autoridad Palestina ha expresado su deseo de llevar a cabo elecciones, pero ha condicionado este proceso a la participación de los residentes del Este de Jerusalén. Israel ha sido reacio a permitir la votación en esta parte de la ciudad, que se anexó en 1980.
Abbas enfatizó que el resultado de las elecciones deberá respetarse, independientemente del partido ganador, subrayando su compromiso con la democracia.