Estados Unidos no necesita el “permiso” de Israel para reabrir su consulado para los árabes palestinos en Jerusalén, afirmó el miércoles el primer ministro de la Autoridad Palestina, que instó a Washington a cumplir sus compromisos diplomáticos.
Sin embargo, Israel debe acreditar al general consular que EE.UU. envía a Jerusalén, según el protocolo diplomático, lo que hace imposible que Washington dé ese paso sin su respaldo.
La administración del presidente estadounidense Joe Biden ha dicho que reabrirá la misión diplomática históricamente encargada de los asuntos palestinos. El consulado fue cerrado por el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, en 2019 y su personal fue replegado a la embajada de Estados Unidos -que se había trasladado de Tel Aviv a Jerusalén un año antes-, en lo que los palestinos consideran una degradación de sus vínculos con Estados Unidos.
La misión tenía su sede en la calle Agron de Jerusalén y también incluía una oficina de servicios consulares en el este de Jerusalén, que los palestinos reclaman como capital de su futuro “Estado”.
Al informar a los periodistas extranjeros en la ciudad de Ramala, el primer ministro de la AP, Mohammed Shtayyeh, afirmó que “Estados Unidos no necesita el permiso de nadie” para reabrir la misión.
Sin embargo, un alto funcionario del Departamento de Estado estadounidense dijo recientemente a los senadores que sería necesario el permiso de Israel antes de que Estados Unidos pudiera reabrir el consulado.

Los comentarios de Shtayyeh se produjeron después de que el primer ministro Naftali Bennett dijera a los periodistas el sábado que “no hay lugar para otro consulado estadounidense en Jerusalén”, afirmando claramente que su gobierno se opondría a los movimientos de Washington para restaurar la misión palestina. Bennett es un halcón que se opone a la creación de un Estado palestino.
El ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, dijo en la misma conferencia de prensa que Israel no tendría ninguna objeción a que Estados Unidos abriera una misión en Ramala, la sede del poder de la AP.
“Ramala no es Jerusalén, y Ramala no es la capital de Palestina”, dijo Shtayyeh el miércoles.
“Tenemos la esperanza de que se cumpla lo que (Estados Unidos) prometió”, añadió.
Shtayyeh también pidió una acción más dura por parte de Estados Unidos contra la expansión de los poblados judíos en Cisjordania.
Dijo que si EE.UU. puede incluir en la lista negra a la empresa israelí NSO Group por su producto de software espía Pegasus, que Washington consideró contrario a los intereses estadounidenses la semana pasada, también debería poder “sancionar” las exportaciones de los poblados judíos.
La cuestión de los poblados judíos ha sido un punto de tensión reciente entre la administración Biden e Israel, tras el reciente avance de los planes de construcción de más de 3.000 viviendas.
Por otra parte, días después de que el Banco Mundial planteara su preocupación por el déficit presupuestario de la AP, que se espera que alcance los 1.360 millones de dólares en 2021, Shtayyeh dijo que había pedido ayuda a una delegación del Congreso estadounidense que visitó Ramala el miércoles.
“Estados Unidos también solía apoyar nuestro déficit presupuestario a lo largo del año… Hoy he pedido al congresista que nos ayude de verdad con esa cuestión”, dijo.