Los dirigentes palestinos han descrito los planes de Israel de instalar un acceso para sillas de ruedas en la Tumba de los Patriarcas como “el equivalente a iniciar una guerra religiosa en la región y en el mundo”, y como un “crimen de guerra”, y han pedido una Tercera Intifada en respuesta a ello. Los cambios harán que el sitio sea más accesible tanto para los judíos como para los musulmanes.
En el 2019 los políticos israelíes revelaron un plan para instalar un ascensor en el sitio en Hebrón, conocido como la Cueva de los Patriarcas para los judíos, y la Mezquita Ibrahimi para los musulmanes. Para los judíos, es el sitio de entierro de los Patriarcas Judíos Abraham, Isaac y Jacob, y de las Matriarcas Sara, Rebeca y Lea. Los musulmanes también veneran a Abraham como el padre de Ismael.
En mayo, las FDI emitieron una orden de expropiación del sitio para que la construcción del proyecto pudiera comenzar, haciendo accesible el antiguo sitio bíblico para sillas de ruedas. La medida pasó por alto el municipio de Hebrón, dirigido por palestinos, que se oponían al proyecto. La Autoridad Palestina también se opuso al proyecto, denunciándolo como “judaización”.
El Ministro de Asuntos Civiles de la Autoridad Palestina, Hussein al-Shiekh, respondió por Twitter: “hoy el llamado Ministro de Defensa israelí firmó una decisión de confiscar y anexar partes del campus de Ibrahimi en Hebrón, lo que constituye una violación del protocolo de Hebrón, un fin del acuerdo firmado entre la OLP e Israel y una continuación del proyecto de soberanía en Judea, Samaria y Jerusalén”.
Ahora parece que el liderazgo palestino mantuvo la retórica en agosto, denunciando los planes como un “crimen de guerra” e incitación a la violencia.
Según una traducción de la ONG Palestinian Media Watch, el 4 de agosto, WAFA, la agencia oficial de noticias de la AP, informó que el Juez Supremo de la Shari’ah de la AP, Mahmoud Al-Habbash, “condenó la decisión del gobierno de ocupación de permitir que los colonos construyeran un ascensor dentro de la mezquita de Ibrahimi en Hebrón […] ya que la autoridad para administrar la mezquita de Ibrahimi pertenece al Ministerio de Asuntos Religiosos de la AP Palestina y a la Municipalidad de Hebrón, y a nadie más”.
El informe continuó: “Al-Habbash añadió que el estado de ocupación y sus líderes cargarán con las consecuencias de este continuo comportamiento arrogante, y que la agresión a nuestros santos lugares tendrá un costo. Advirtió que los palestinos están dispuestos a hacer cualquier cosa para proteger nuestra religión y nuestros santos lugares y defenderlos, sin importar el costo, y sin importar los sacrificios. Al-Habbash describió el fallo israelí como un ataque a nuestra religión y santos lugares, y mencionó que esto tendrá graves consecuencias y equivale a iniciar una guerra religiosa en la región y en el mundo”.
Dos días después, el diario oficial de la AP al-Hayat al-Jadida informó que el Ministro de Asuntos Exteriores y Expatriados de la AP, Riyad Al-Malki, señaló que construir el ascensor y “dañar la mezquita de Ibrahimi constituye un crimen de guerra y una violación de todas las leyes internacionales”. […] Señaló que, de esta manera, la ocupación intenta fortalecer el colonialismo, la ocupación y las falsificaciones que está cometiendo en nuestra tierra, nuestro patrimonio y nuestra historia.
Tanto Al-Habbash como Al-Malki apelaron a la UNESCO en sus declaraciones para que interviniera, argumentando que el sitio es puramente un sitio de herencias islámicas que no tiene ninguna conexión con nadie que no sea musulmán. Al-Malki pidió a la UNESCO que enviara una delegación “para conocer la destrucción deliberada por parte de Israel de los valores del arte mundial, el patrimonio y la cultura de los sitios palestinos”, según el documento, e instó a la Corte Penal Internacional a que iniciara una investigación penal contra Israel.
El 8 de agosto, al-Hayat al-Jadida informó que el miembro del Comité Ejecutivo de la OLP y Jefe del Departamento de Derechos Humanos y Sociedad Civil, Ahmed Tamimi, había dicho que se había fijado una reunión prevista para el día siguiente con el fin de discutir los planes para el sitio, advirtiendo: “El pueblo palestino no carece de medios para defenderse a sí mismo, su patria y sus lugares sagrados si la comunidad internacional sigue siendo negligente en el cumplimiento de sus obligaciones”.
Continuó: “Los palestinos han sacrificado cientos de miles de mártires y heridos y más de un millón de prisioneros en el curso del conflicto con el movimiento sionista y su entidad ocupante. Las revoluciones e intifadas palestinas a lo largo de generaciones son una prueba de la voluntad del pueblo palestino de llegar a los extremos para defender su derecho y sus principios básicos”.
Los líderes palestinos han estado tratando de incitar una Tercera Intifada durante gran parte del año 2020, primero con el plan de paz del presidente de los Estados Unidos Donald Trump para la región, luego con los planes de Israel de expandir su soberanía en partes de Judea y Samaria, y finalmente en protesta por el acuerdo de normalización entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel, que los líderes palestinos vieron como una traición a su causa.
Hasta ahora, el pueblo palestino no ha respondido a los llamados.