La familia del activista palestino Nizar Banat, que murió bajo custodia palestina en junio, intensifica su búsqueda de justicia internacional, recurriendo a la policía británica y a la ONU.
Banat, uno de los principales críticos de la Autoridad Palestina y de su presidente Mahmud Abbas, de 86 años, murió después de que las fuerzas de seguridad asaltaran su casa en la conflictiva ciudad de Hebrón y se lo llevaran a rastras.
La autopsia reveló que había sido golpeado en la cabeza, el pecho, el cuello, las piernas y las manos, y que transcurrió menos de una hora entre su detención y su muerte.
La familia de Banat ha manifestado que no confía en la capacidad de la Autoridad Palestina para hacer justicia y ha pedido una investigación internacional.
Un comunicado de los abogados de la familia, el bufete británico Stoke White, afirma que han pedido a la Policía Metropolitana británica que abra una investigación en virtud del principio de jurisdicción universal.
Para un pequeño número de delitos graves, los tribunales británicos pueden juzgar casos, aunque los presuntos delitos se hayan cometido en el extranjero.
Stoke White también dice que ha pedido a múltiples ramas del sistema de derechos humanos de las Naciones Unidas que abran una investigación, incluido el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias y cuatro relatores especiales.
Ghasan Khalil Banat dice que el “asesinato” de su hermano fue una “tragedia para nuestra familia, pero también una tragedia para el pueblo palestino”.
“La supuesta investigación que se llevó a cabo sobre su asesinato es una vergüenza y la AP debería sentirse avergonzada por ello”, afirma en el comunicado.
El director de Derecho Internacional y Stoke White, Hakan Camuz, afirma: “La responsabilidad del asesinato de Nizar Banat recae muy claramente en los altos dirigentes de la Autoridad Palestina, incluidos el presidente Mahmud Abbas y el primer ministro Mohammed Shtayyeh”.
Shtayyeh y la AP han prometido rendir cuentas sobre la muerte de Banat.
Camuz acusa a la AP de un largo intento de silenciar la disidencia.
“No se puede permitir que se salgan con la suya y por eso estamos presentando estas quejas y peticiones a la policía británica y a la ONU”, afirma en el comunicado.