Los funcionarios de la Autoridad Palestina en Ramala se muestran cautelosos ante el calentamiento de los lazos entre Israel y Arabia Saudita, a raíz de varios informes sobre los últimos acontecimientos en el ámbito diplomático. Sin embargo, los palestinos no se han atrevido a criticar públicamente a la monarquía saudí, principalmente para no levantar la ira de los funcionarios de Riad y exacerbar sus ya frágiles relaciones con ellos.
A los líderes palestinos les preocupa que Israel y Arabia Saudita estén avanzando hacia una normalización diplomática que no incluya garantías respecto a la cuestión palestina.
“Hay una creciente inquietud a la luz de los informes sobre un acercamiento significativo entre Israel y Arabia Saudita antes de la visita del presidente estadounidense Joe Biden a la región el 13 de julio. Los dirigentes [palestinos] no pueden digerir la idea de que Israel esté avanzando en sus relaciones con los países árabes antes de que se logre una resolución del conflicto árabe-israelí, lo que representaría una violación de la Iniciativa de Paz Árabe de 2002 que encabezó Arabia Saudita y adoptó la Liga Árabe. La preocupación es que el príncipe heredero [saudí] Mohammed Bin Salman deje atrás a los palestinos”, dijo una fuente palestina.
El miércoles, el ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, dijo: “El hecho de que el presidente Biden vuele directamente desde aquí a Arabia Saudita indica una mejora de las relaciones en la región. En última instancia, aspiramos a un acuerdo de paz con Arabia Saudita”.
Cabe señalar que, a lo largo del año pasado, altos funcionarios de la AP han intentado mejorar las relaciones con la monarquía saudí y reunirse con funcionarios saudíes, pero los saudíes no han mostrado especial interés en hacerlo e incluso se han erizado por la posición palestina hacia los Emiratos Árabes Unidos tras los Acuerdos de Abraham. Como recordatorio, los palestinos calificaron el acuerdo de paz entre Israel y EAU de “traición y cuchillo en la espalda”.
Históricamente, las relaciones entre Ramala y Riad han sido positivas y sólidas. Incluso cuando los países árabes pusieron fin a su apoyo económico a la AP, Arabia Saudita siguió concediéndole 25 millones de dólares al año.
Sin embargo, ahora que Bin Salman asumió efectivamente las riendas del poder, el enfoque saudí hacia los palestinos cambió y las relaciones con Ramala se han deteriorado. Las políticas del ex presidente estadounidense Donald Trump también se sumaron a estas tensiones.
Las declaraciones de Bandar bin Sultan, ex embajador saudí en EEUU, sobre la conducta de los palestinos en las negociaciones a lo largo de los años fueron uno de los primeros indicios de que las relaciones entre Arabia Saudita y la Autoridad Palestina se habían degradado. Mientras tanto, otros funcionarios saudíes acusaron a los palestinos de rechazar las propuestas y de desperdiciar las oportunidades de paz.
Otro factor agravante es la actividad de Hamás en suelo saudí. Las autoridades saudíes, como recordatorio, han tomado medidas contra docenas de funcionarios de Hamás.
Perder a Arabia Saudita
Ahora, los palestinos temen perder a Arabia Saudita, lo que podría agravar su aislamiento dentro del mundo árabe.
“La normalización entre Israel y Arabia Saudita sería un terremoto para los dirigentes palestinos”, dijo un funcionario palestino. “Están convencidos de que mientras el rey Salman esté vivo, Arabia Saudita no podrá declarar relaciones plenas y abiertas con Israel por temor al estatus del reino en el mundo islámico. Con eso, la preocupación es que a medida que el rey se debilita, el hijo tomará el control y hará la paz con Israel”.
A pesar de estos temores, los dirigentes palestinos no se han dado por vencidos y los esfuerzos por fortalecer las relaciones con Riad son constantes. En Ramala, los funcionarios no ocultan sus aspiraciones en la esfera diplomática, pero entienden que primero deben rehabilitar sus relaciones con los saudíes. Se entiende que a medida que se disipen las tensiones entre Washington y Riad, mayores serán las posibilidades de la AP de rehabilitar los vínculos con los saudíes. Desde esta perspectiva, los palestinos ven a los estadounidenses como una especie de mediadores en una “sulha” (reconciliación) entre Ramala y Riad.