Catorce miembros de las fuerzas de seguridad palestinas que están siendo juzgados por el asesinato del destacado activista Nizar Banat, cuya muerte desencadenó inusuales protestas contra la Autoridad Palestina, han sido puestos en libertad bajo fianza, según informaron el miércoles varias fuentes.
El grupo pidió formalmente su liberación el martes, que fue concedida por la fiscalía con la condición de que asistieran a sus audiencias judiciales, dijo a la AFP un alto funcionario de seguridad palestino que pidió el anonimato.
El riesgo de propagación del coronavirus en la prisión de Judea y Samaria en la que estaban recluidos fue citado como motivo de su liberación en una carta vista por la AFP, escrita por el fiscal responsable de la supervisión de las fuerzas de seguridad palestinas, Abdelnasser Jarrar.
La viuda de Banat criticó esa justificación y denunció además que la administración del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, no puede juzgar de forma creíble a los acusados de asesinato de su marido.
“El asesino no puede ser un juez”, dijo Jihan Banat a la AFP, calificando de “política” la decisión de liberar a los sospechosos bajo fianza.
“Si la Autoridad Palestina está preocupada por la propagación del coronavirus, ¿por qué no libera a todos los demás presos acusados?”.
Banat murió en junio del año pasado después de que las fuerzas de seguridad asaltaran su casa en la ciudad conflictiva de Hebrón y se lo llevaran a rastras.
La autopsia determinó que había sido golpeado en la cabeza, el pecho, el cuello, las piernas y las manos, y que transcurrió menos de una hora entre su detención y su muerte.
El principal fiscal palestino ha acusado a los 14 miembros de las fuerzas de seguridad de golpear a Banat hasta la muerte. La AP ha prometido la rendición de cuentas mediante un juicio militar en Judea y Samaria.
La Comisión Independiente de Derechos Humanos, un organismo público palestino, dijo que hubo “irregularidades en todo el proceso de liberación”.
“Evitar la propagación del coronavirus no justifica apartarse del estado de derecho”, dijo.
Majed al-Arouri, un experto jurídico y defensor de los derechos humanos con sede en Ramala, dijo a la AFP que la liberación de los sospechosos sin una orden judicial era “ilegal” y apuntó a preocupaciones más amplias sobre la gestión del caso por parte de la AP.
“Los últimos seis meses han revelado una dilación intencionada en los procedimientos judiciales con respecto a las personas acusadas del asesinato de Nizar Banat”, dijo Arouri.
“Existe una verdadera preocupación por la falta de procedimientos judiciales legítimos en este caso”, añadió.