La Autoridad Palestina ha congelado su denuncia en la Corte Penal Internacional de La Haya contra Estados Unidos por su reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel y el traslado de la embajada estadounidense a la ciudad.
La denuncia, que se presentó inicialmente en septiembre de 2018, cuando el expresidente estadounidense Donald Trump estaba en el cargo, alegaba que la decisión violaba el derecho internacional y, por tanto, se calificaba como crimen de guerra.
La CPI tenía inicialmente la intención de revisar la petición palestina en junio de 2021, pero dos meses antes la AP presentó una solicitud para suspender el procedimiento. La CPI dijo en un informe que la petición de la AP fue coordinada con el gobierno de Biden.
“En la carta dirigida al registro del tribunal el 12 de abril de 2021”, dijo el tribunal, “el Estado de Palestina solicitó verbalmente un aplazamiento de los procedimientos que debían tener lugar el 1 de junio de 2021, con el fin de proporcionar a las partes una oportunidad para encontrar una solución al desacuerdo a través de las negociaciones”.
Una semana más tarde, según la CPI, la administración Biden respondió que “no tenía ninguna objeción a la solicitud del peticionario”.
“Teniendo en cuenta las opiniones si las partes, el tribunal decidió suspender las discusiones hasta nuevo aviso”, dijo la CPI.
La creencia en Israel es que los árabes palestinos suspendieron la demanda para facilitar los esfuerzos de la administración Biden para reabrir el consulado palestino en Jerusalén. Los funcionarios israelíes estaban al tanto de la suspensión, y la calificaron de “procedimiento técnico que puede ser revertido en cualquier momento”.
En una entrevista con Al Arabiya, un canal internacional de noticias de la televisión árabe con sede en Dubái, Bilal al-Shobaki, director del departamento de ciencias políticas de la Universidad de Hebrón, dijo: “La retirada palestina pretendía ser un gesto de buena voluntad hacia Washington para reforzar las relaciones con él. Los dirigentes palestinos entienden que una petición a la Corte Penal Internacional [contra Estados Unidos] no llevará a ningún sitio tangible y no será beneficiosa para los intereses de los palestinos”.
Según al-Shobaki, “Palestina es demasiado débil para enfrentarse adecuadamente a Washington en las instituciones internacionales. Washington tiene la capacidad de saltarse todos los organismos internacionales, incluso el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”.
Añadió que, en su opinión, la petición de la Autoridad Palestina contra la decisión de Estados Unidos de trasladar la embajada a Jerusalén desde Tel Aviv fue, desde el principio, una “medida propagandística destinada a justificar la existencia de la AP”.