Un kibutz israelí inaugura un centro comunitario en Kharkiv, Ucrania, ofreciendo servicios esenciales y unión a una ciudad devastada por la guerra.
Creando lazos entre Israel y Ucrania
El nuevo centro comunitario, inspirado en el modelo del kibutz israelí, se funda en una Ucrania golpeada por el conflicto. Con un legado compartido de prominentes figuras ucraniano-israelíes, esta iniciativa busca devolver el favor y ofrecer apoyo a la población local.
Financiado por Havatzelet, el fondo humanitario del movimiento Kibbutz Ha’artzi Hashomer Hatzair, el centro ofrece comidas gratuitas, educación, guarderías subvencionadas y formación en activismo.
El Centro Asho está abierto a toda la población, sin importar su origen o religión, y es un ejemplo de cooperación y solidaridad en tiempos difíciles.
Servicios y oportunidades en medio del conflicto
El centro cuenta con una guardería que actualmente atiende a 50 niños, pero tiene capacidad para 100. Ubicada en un sótano a prueba de bombas, es una de las pocas instituciones en Kharkiv donde los padres pueden llevar a sus hijos.
Además de la guardería, el centro ofrece clases para adultos y un curso sobre activismo local y construcción de comunidad, brindando herramientas para mejorar el entorno devastado por la guerra.
El proyecto es liderado por miembros y donantes de Hashomer Hatzair, un movimiento juvenil socialista judío con sede en Israel, pero que tiene ramas internacionales.

Desafíos y adaptación
Como movimiento juvenil socialista, Hashomer Hatzair enfrenta retos en países poscomunistas, debido al recelo generado por el pasado comunista.
Para superar estos desafíos, en países poscomunistas, Hashomer Hatzair utiliza el azul en lugar del rojo como fondo de su bandera y adapta sus actividades a las realidades locales.
El centro comunitario de Kharkiv es un ejemplo de cómo el movimiento está superando estos obstáculos y haciendo una diferencia en la vida de las personas afectadas por la guerra.

Un futuro de esperanza y solidaridad
El Centro Asho en Kharkiv es un símbolo de la capacidad de la humanidad para unirse en momentos de crisis y trabajar juntos para construir un futuro mejor. A través de la cooperación y el apoyo mutuo, Israel y Ucrania demuestran que incluso en los tiempos más oscuros, hay esperanza y solidaridad.