La vida de una niña de 12 años de Uganda que dio a luz y sufrió una lesión ginecológica tras perder el feto ha sido salvada por una doctora israelí que se ofrece como voluntaria para ayudar a pacientes africanas una o dos veces al año.
La Dra. Devorah Heymann, del departamento de obstetricia y ginecología del Centro Médico Kaplan de Rehovot, creó una organización de voluntarios que ayuda a mujeres jóvenes y niñas de Uganda, a donde va una o dos veces al año. Es la única doctora israelí que ha realizado una rotación médica reconocida (prácticas clínicas de los estudiantes de medicina durante su último año de estudios) en un país del Tercer Mundo.
Realiza operaciones en pacientes con fístula fetal, algo casi desconocido en los países occidentales, pero muy común en el mundo en desarrollo.
Estas mujeres, que no tienen acceso a hospitales y otras instituciones médicas, dan a luz en casa. Algunas desarrollan un orificio en el canal de parto como consecuencia del mismo, lo que provoca la salida incontrolada de orina y heces que puede poner en peligro la vida. Las que sobreviven no sólo sufren físicamente, sino que también suelen ser condenadas al ostracismo por su familia y la sociedad.
Recientemente regresó de un campamento de cirugía que dirigió en Uganda, donde trató a la niña de 12 años. En Uganda, la escolarización salva a estas niñas del deterioro, pero debido al virus COVID-19, las escuelas de allí se cerraron, y una de las niñas que atendió se quedó embarazada.
Su parto fue muy difícil y duró unos dos días, el feto no sobrevivió y ella desarrolló una fístula. Debido a su estado de salud, se le impidió seguir asistiendo a la escuela, pero tras la operación se recuperó por completo.