Hannah, una niña de ocho años de Myanmar, fue trasladada con éxito a Israel y se sometió a una operación de corazón que le salvó la vida esta semana a través de la organización Save a Child’s Heart.
Hannah nació hace ocho años con un síndrome cardíaco potencialmente mortal. Hace tres años, a la edad de cinco años, fue sometida a una operación cardíaca en el Centro Médico Wolfson que le obligó a volver para otra operación. Sin embargo, esto se complicó cuando estalló una guerra civil en Myanmar y se interrumpieron los vuelos de entrada y salida del país.
Save a Child’s Heart llevó a cabo una operación para sacar a Hannah de Myanmar y traerla a Israel.
“Las únicas personas a las que se permite salir de Myanmar son los diplomáticos y los casos excepcionales”, explicó Sarah Nevo, representante de la organización. “Nos dirigimos a la embajada israelí en Myanmar y conseguimos un permiso especial para un vuelo de extracción a Dubai para Hannah y su padre. Desde allí, siguieron hasta Israel”.
La noche del vuelo surgió otro obstáculo. El padre de Hannah telefoneó a Nevo para decirle que le impedían embarcar en el vuelo porque no tenía el seguro COVID-19, imprescindible para entrar en Dubai.
“Conseguimos solucionarlo en mitad de la noche, y al final los dos embarcaron en el avión y llegaron a Israel”, dijo Nevo.
Desde el aeropuerto, Hannah y su padre fueron llevados directamente al hospital, donde les esperaban el Dr. Lior Sasson y el Dr. Hagay Dekel para comenzar los preparativos de la operación, que salió bien.
Hannah se recupera actualmente en un centro de rehabilitación de Holon.
“Es la segunda vez que operamos a Hannah, pero esta vez no supimos hasta el último momento si llegaría a la operación”, dijo Sasson. “Estábamos tan emocionados y felices de verla y de la alegría que había en su cara. Nunca he visto a un niño tan feliz de llegar a una operación. Esta es la realidad de estos niños que tienen que cruzar continentes para recibir atención médica que les salve la vida”.
La financiación del vuelo y de la operación provino de Maurice Kahn, que ha tenido una gran participación en la organización desde su fundación.
“La historia de Hannah es emotiva y conmovedora”, dijo Kahn. “Después de ser tratada en Israel hace unos años, necesitaba otro tratamiento, e inmediatamente aceptamos el reto para traerla a Israel y atenderla. La alegría de Hannah tras la operación lo decía todo. Fue un privilegio y un honor para mí participar en esta operación y saber que va a volver a casa sana”.