Bélgica anunció el miércoles sus planes de etiquetar los productos israelíes fabricados en Judea y Samaria, alegando el deseo de Bruselas de “garantizar los derechos humanos en Cisjordania”.
Ya en 2015, la Unión Europea dio instrucciones a todos los Estados miembros para que comenzaran a etiquetar los productos procedentes de los “asentamientos” israelíes, pero muy pocos países aplicaron la decisión en ese momento. Jerusalén expresó su preocupación de que el fallo belga pudiera sentar un precedente para otros países europeos.
Según un informe de Walla news, el viceministro de Asuntos Exteriores Idan Roll, que se encuentra actualmente en Bruselas, canceló inmediatamente todas las reuniones previstas con los legisladores belgas.
Como parte del acuerdo de coalición del actual gobierno belga, los partidos políticos de izquierda exigieron una política gubernamental que obligara a etiquetar los productos fabricados en los poblados israelíes. Se creó una oficina especial con funcionarios de los ministerios de Asuntos Exteriores, Economía y Aduanas para tal fin. Las recomendaciones que formularon fueron aprobadas por el gobierno y se presentaron al parlamento esta semana.
El gobierno también dictaminó que cualquier acuerdo futuro entre Bélgica e Israel incluirá una cláusula especial que declare que el acuerdo no es válido en Cisjordania y el este de Jerusalén. También dijo que investigaría la posibilidad de boicotear totalmente los productos de Judea y Samaria.
“La decisión del gobierno belga apoya el extremismo, socava los esfuerzos para promover la paz en la región y no contribuye a la estabilidad en Oriente Medio”, dijo Roll.
El Ministerio de Asuntos Exteriores condenó la medida.
“La decisión de etiquetar los productos perjudica tanto a los israelíes como a los palestinos y va en contra de la política del gobierno israelí centrada en la mejora de la vida de los palestinos y el fortalecimiento de la Autoridad Palestina y con la mejora de las relaciones de Israel con otros países europeos”, dijo.