El patriarca maronita del Líbano, Bechara Rai, lanzó duras críticas contra aquellos que buscan desestabilizar el país desde dentro, sin nombrar directamente a Hezbolá o Irán.
El patriarca Bechara Rai critica las facciones que buscan desestabilizar el país
Durante un sermón en la ciudad de Mayfouk, afirmó que ciertos grupos quieren transformar al Líbano en una tierra sin ley ni estado, donde puedan llevar a cabo sus planes sin interferencias gubernamentales.
Rai destacó que cuando cada grupo ve al Líbano como algo ajeno, el país deja de ser una patria, convirtiéndose en un simple territorio dividido entre invasores que saquean un lugar que no les pertenece. Estas declaraciones llegan en un momento en el que Hezbolá ha jugado un papel clave en la política libanesa, especialmente bloqueando la elección de un nuevo presidente que no sea su candidato preferido.
El patriarca Rai no es ajeno a la condena pública de Hezbolá, un grupo que ha consolidado su control en el Líbano, con una milicia más grande que el ejército nacional, además de su propio sistema bancario e instituciones de bienestar. Hezbolá ha secuestrado la vida política del país, imponiéndose tanto en las elecciones como en las decisiones gubernamentales.
El impacto de Hezbolá en la política y el equilibrio sectario del Líbano
El sistema político libanés se basa en un complejo reparto de poder entre 18 grupos religiosos, garantizando la representación de todos en el gobierno y las instituciones públicas. Sin embargo, este sistema ha derivado en clientelismo y corrupción. El presidente debe ser un cristiano maronita, el primer ministro un musulmán sunita, y el presidente del Parlamento un musulmán chiíta.
Durante años, Hezbolá ha mantenido al Líbano en un punto muerto político, especialmente al bloquear la elección de un presidente que no sea su aliado, Suleiman Frangieh. Este estancamiento político ha agravado las tensiones internas, en especial dentro de la comunidad cristiana, que ha visto su influencia disminuir a lo largo de las décadas.
Rai ha denunciado repetidamente el papel de Hezbolá en arrastrar al Líbano a conflictos regionales, y sus críticas se han intensificado desde que el grupo inició hostilidades con Israel el 8 de octubre. A pesar de las críticas internas y de los sectores cristianos opositores, Hezbolá sigue contando con el respaldo de algunas facciones dentro de la comunidad maronita.
División dentro de la comunidad cristiana sobre el apoyo a Hezbolá
La comunidad cristiana del Líbano ha visto una fragmentación considerable en sus lealtades políticas. Aunque la comunidad ortodoxa ha sido generalmente pro-siria y ha apoyado a Hezbolá, los maronitas están divididos en su postura. Mientras algunos sectores apoyan al grupo, otros se oponen firmemente a su influencia en el país.
El partido Fuerzas Libanesas, dirigido por Samir Geagea, es el principal opositor cristiano a Hezbolá, con 18 escaños en el Parlamento. Aliado con el partido Kataeb, que tiene cuatro escaños, estas facciones han sido críticas tanto de Hezbolá como de sus acciones militares, que amenazan con arrastrar al Líbano a una guerra prolongada con Israel.
Sin embargo, el grupo terrorista ha contado con el apoyo de dos partidos maronitas: el Movimiento Patriótico Libre (FPM), fundado por el expresidente Michel Aoun, y Marada, liderado por Suleiman Frangieh, su candidato preferido para la presidencia. Aunque estos partidos han visto deserciones internas, siguen siendo actores clave en la política libanesa.
Hezbolá toma decisiones unilaterales y provoca críticas internas
La decisión de Hezbolá de iniciar hostilidades con Israel sin consultar a otras facciones políticas ha generado indignación entre los cristianos y otros sectores libaneses. El grupo terrorista, liderado por Hassan Nasrallah, lanzó ataques contra Israel el 8 de octubre, poco después de la masacre de Hamás en el sur de Israel, sin pedir permiso a ninguna autoridad gubernamental.
Nasrallah ha desestimado las críticas internas, acusando a sus opositores de disfrutar de “lujos y actividades recreativas” mientras los miembros de Hezbolá sacrifican sus vidas en el frente. Esta postura ha alimentado la frustración de muchas facciones cristianas, que no tienen la capacidad militar para enfrentarse directamente al grupo.
A pesar de ello, Hezbolá sigue dominando la política libanesa, contando con el respaldo de partidos como el FPM y Marada, aunque la comunidad maronita en general está dividida sobre su apoyo al grupo.
Crecen los esfuerzos para romper el bloqueo político y unir a los cristianos
En las últimas semanas, se han intensificado los esfuerzos dentro de la comunidad cristiana para romper el bloqueo político y buscar soluciones que fortalezcan su unidad. Cuatro legisladores del FPM se reunieron en septiembre con el patriarca Rai para discutir formas de superar el estancamiento presidencial y fortalecer la cohesión cristiana en la política libanesa.
Esta reunión podría marcar un giro en la política de los partidos cristianos, ya que algunos miembros del FPM han expresado su descontento con la alianza del partido con Hezbolá y la influencia del grupo en el país. El FPM ha sufrido deserciones importantes desde 2015, con destacados miembros dejando el partido debido a diferencias con su liderazgo.
Entre los maronitas, hay quienes sueñan con un futuro donde Hezbolá ya no domine la vida política del Líbano, y abogan por una relación de paz e incluso amistad con Israel. Esta postura sigue siendo minoritaria, pero refleja el creciente descontento con la influencia de Hezbolá en la política libanesa.