En los textos del Nuevo Testamento, la expresión “Espíritu Santo” aparece con frecuencia, pero su significado original dista mucho del que hoy le atribuyen los cristianos.
Aunque actualmente se entiende como el nombre de una persona divina dentro de la Trinidad, esta frase proviene de la tradición judía y tenía un sentido completamente diferente. Para comprender su verdadero significado, es fundamental analizar el lenguaje y las expresiones idiomáticas.
Las expresiones idiomáticas transmiten un significado distinto al de sus palabras tomadas literalmente. En español, frases como “echar una mano” o “estar en las nubes” no se interpretan de manera literal, sino según el contexto cultural. Algo similar ocurre con “Espíritu Santo”, que en realidad es una expresión idiomática hebrea que debe entenderse en su contexto original.
En hebreo, “Espíritu Santo” se traduce como rúaj haqódesh. La palabra rúaj significa “viento”, mientras que haqódesh se traduce como “santo”. Aunque en español parece referirse a un ser espiritual, en su idioma original no implicaba la existencia de una entidad divina independiente. En la tradición judía, el viento simboliza la acción de Dios en el mundo, algo invisible pero con efectos visibles. Así, cuando se hablaba de rúaj haqódesh, se quería expresar que Dios estaba impulsando un evento o una persona, sin sugerir la presencia de un ser separado.
Este concepto aparece en la literatura judía con el mismo significado: atribuirle a Dios el origen de ciertos hechos sin referirse a una figura divina aparte. Cuando los autores del Nuevo Testamento escribieron en griego, tradujeron esta expresión como pneumatos agion, donde pneumatos también significa “viento” o “aliento”. A pesar de mantener la idea original, su interpretación cambió cuando el cristianismo se expandió fuera del mundo judío.
La cultura helenística, dominante en la época, influyó en la comprensión de estos términos. Para los griegos y romanos, palabras como pneumatos podían evocar nociones místicas o espirituales en lugar de referirse solo al viento. Como resultado, el concepto de pneumatos agion se reinterpretó, transformándolo en una figura divina dentro de la Trinidad cristiana. Sin embargo, los judíos que usaban rúaj haqódesh nunca lo entendieron como una persona separada de Dios, sino como una forma de describir Su voluntad en acción.
El desarrollo de la doctrina de la Trinidad requirió una reinterpretación del significado original de rúaj haqódesh. Lo que en el judaísmo era solo una manera de expresar la intervención de Dios en el mundo, en el cristianismo se convirtió en una persona divina distinta del Padre y del Hijo. Esta transformación demuestra cómo una expresión idiomática judía adquirió un nuevo significado dentro de otra tradición religiosa, alejándose de su sentido original.