Muchos cristianos usan Hebreos 1:6 para argumentar que Jesús es Dios, basándose en el término griego proskynesatosan, traducido como “adórenlo” en diversas versiones bíblicas.
Según esta interpretación, si Jesús recibe adoración, debe ser Dios, ya que solo Dios merece tal reverencia. Sin embargo, esta conclusión no es tan sencilla. Analizando el contexto judío, el idioma original y la cultura de la época, se observa que proskynesatosan no implica necesariamente adoración en el sentido cristiano, por lo que este versículo no demuestra la divinidad de Jesús.
La adoración en la cultura judía
El concepto de “adoración” como lo entiende el cristianismo no existía en el judaísmo antiguo. Ni en el Tanaj (Biblia hebrea) ni en el Nuevo Testamento aparece una palabra o idea que equivalga exactamente a la adoración cristiana. La noción de adorar a Dios como algo exclusivo se desarrolló posteriormente en círculos cristianos, influenciados por otras culturas. En el hebreo bíblico, términos a veces traducidos como “adorar” tienen significados distintos.
Un ejemplo claro es la raíz hebrea shajá, frecuentemente usada en el Tanaj. Aunque en algunas traducciones al español se interpreta como “adorar”, su significado real es “postrarse”. Postrarse es una acción física que implica inclinarse o arrodillarse ante alguien en señal de respeto o sumisión. En la tradición judía, esta acción no estaba reservada exclusivamente para Dios. Era común postrarse ante reyes, líderes o figuras de autoridad. En Génesis 23:7, Abraham se postra ante los hititas como muestra de respeto al negociar un terreno, y en 1 Samuel 24:8, David hace lo mismo ante el rey Saúl. En ninguno de estos casos se trata de adoración en sentido divino, sino de un gesto de cortesía o reconocimiento.
Proskyneo: el término griego que genera confusión
El equivalente griego de shajá es proskyneo, término derivado de raíces que significan “inclinarse” o “mostrar sumisión”. Se usaba en contextos de respeto, sin implicar necesariamente veneración a una deidad. En el Nuevo Testamento, proskyneo se aplica en distintas situaciones, y no solo con Jesús.
En Mateo 18:26, un siervo se postra (proskyneo) ante su señor rogando piedad. En Apocalipsis 3:9, se dice que ciertos enemigos se postrarán ante los creyentes. Los magos que visitaron a Jesús en Mateo 2:11 también se postraron ante él, pero esto no significa que lo consideraran Dios; más bien, reconocían su autoridad como un líder especial. En la cultura judía, postrarse ante reyes y figuras relevantes era una práctica común, sin connotaciones de divinidad.
¿Qué dice realmente Hebreos 1:6?
El versículo en cuestión afirma: “Y de nuevo, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: ‘Que todos los ángeles de Dios lo adoren’” (proskynesatosan). A simple vista, parece un mandato de adoración divina a Jesús, pero una revisión más profunda indica lo contrario.
La palabra proskynesatosan es una forma del verbo proskyneo, que significa “postrarse” o “mostrar sumisión”, no necesariamente “adorar” en el sentido cristiano. Además, el versículo en Hebreos 1:6 proviene de una cita de la Septuaginta, la traducción griega del Antiguo Testamento, específicamente de Deuteronomio 32:43. En ese contexto, se ordena a las naciones y los ángeles postrarse ante Israel, no ante Dios. El autor de Hebreos toma esta referencia y la aplica a Jesús como el “Primogénito”, indicando que merece reconocimiento, pero sin afirmar que sea Dios.
Otras palabras malinterpretadas: Avad y Latreia
Otro término que suele confundirse es la raíz hebrea avad, traducida en algunas versiones como “adorar”, aunque su significado real es “servir” o “trabajar para alguien”. Su equivalente griego es latreia, que también se traduce como “servicio” en el sentido de dedicación y obediencia. Un ejemplo está en Romanos 12:1, donde se habla de ofrecer un “servicio” (latreia) a Dios. Ninguna de estas palabras implica adoración como un acto espiritual de reverencia exclusiva a la divinidad.
La verdadera interpretación de Hebreos 1:6
El autor de Hebreos, escribiendo para una audiencia judía, emplea proskynesatosan en el sentido de postrarse como muestra de respeto, no como adoración divina. En la cultura judía, postrarse era una señal de reconocimiento a una autoridad, sin que esto implicara considerar a esa persona como Dios. La idea de la adoración exclusiva a Dios es un desarrollo posterior del cristianismo, no una enseñanza de la Biblia hebrea ni del Nuevo Testamento en su contexto original.
Conclusión
Hebreos 1:6 no prueba que Jesús sea Dios. La palabra proskynesatosan no significa “adorar” en el sentido cristiano, sino simplemente postrarse en señal de respeto o sumisión, un gesto común en la cultura judía. La cita proviene de una tradición donde se ordenaba a las naciones postrarse ante Israel, y aquí se aplica a Jesús como figura de autoridad, sin implicar su divinidad. La idea de la adoración cristiana es una interpretación tardía que no está presente en el texto original ni en el pensamiento judío.