Los 133 cardenales reunidos en cónclave en la Capilla Sixtina eligen al nuevo líder de la Iglesia Católica.
Conclave culmina con elección papal en la Capilla Sixtina
El humo blanco emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina el 8 de mayo de 2025, señalando que los 133 cardenales electores reunidos en cónclave secreto han elegido al nuevo papa para liderar a los 1.4 mil millones de católicos en el mundo. Este evento, reportado por Vatican News y Reuters, marca el fin de un proceso iniciado tras la muerte del Papa Francisco el 21 de abril de 2025. La fumata blanca, producida al quemar las boletas electorales con un compuesto químico, indica que un candidato obtuvo la mayoría de dos tercios requerida, equivalente a 89 votos.
El cónclave comenzó el 7 de mayo, con los cardenales tomando juramentos de secreto y aislarse del mundo exterior. Durante el primer día, una votación se saldó con humo negro, indicando que no se alcanzó la mayoría necesaria. El 8 de mayo, tras dos rondas matutinas de votación, el humo negro persistió, pero en la sesión vespertina, la fumata blanca confirmó la elección. Este proceso, que promedia tres días en las últimas décadas, refleja la deliberación meticulosa de los electores, quienes permanecen en la Casa Santa Marta durante el cónclave.
La elección del nuevo papa sigue un protocolo estricto. Tras el cierre de las puertas de la Capilla Sixtina con el anuncio “extra omnes” (todos fuera), los cardenales escriben su voto en boletas con la frase “Eligo in Summum Pontificem” (Elijo como Sumo Pontífice), depositándolas en una urna. Cada cardenal jura ante el altar que su voto es para quien considera idóneo ante Dios. Si ningún candidato logra la mayoría, las boletas se queman con un compuesto que produce humo negro. Una vez alcanzado el consenso, se utiliza un compuesto químico diferente para generar el humo blanco, visible desde la Plaza de San Pedro.
El proceso culmina con el anuncio del cardenal protodiácono, Dominique Mamberti, desde el balcón de la Basílica de San Pedro, proclamando “Habemus Papam” (Tenemos Papa), seguido por el nombre del elegido y su nombre papal. El nuevo pontífice, que debe aceptar su elección, aparece luego ante la multitud para impartir su primera bendición. Este ritual, formalizado en el siglo XIX, combina tradición centenaria con medidas modernas, como el uso de químicos para asegurar la claridad del color del humo.
Datos clave sobre el cónclave de 2025
- Inicio del cónclave: 7 de mayo de 2025, tras la muerte del Papa Francisco.
- Electores: 133 cardenales menores de 80 años, de 70 países, el más diverso en la historia.
- Votaciones diarias: Hasta cuatro rondas por día (dos matutinas, dos vespertinas).
- Mayoría requerida: Dos tercios, o 89 votos, para elegir al papa.
- Señal de humo: Negro para votaciones sin éxito; blanco para la elección exitosa.
- Anuncio: “Habemus Papam” por el cardenal protodiácono desde el balcón de San Pedro.
Tradición y modernidad en la elección papal
El cónclave de 2025 destaca por su diversidad geográfica, con cardenales de regiones como Asia, África y América Latina, reflejando la expansión global de la Iglesia. De los 252 cardenales, solo 138 calificaron como electores por ser menores de 80 años, según las reglas establecidas el 22 de enero de 2025. La mayoría, 108, fueron nombrados por Papa Francisco, lo que sugiere una posible continuidad en su enfoque pastoral, aunque los electores no están ligados ideológicamente.
La Capilla Sixtina, adornada con los frescos de Miguel Ángel, es el escenario donde los cardenales deliberan bajo estrictas medidas de seguridad. Los teléfonos y computadoras son confiscados, y las torres de telefonía móvil cercanas se desactivan para garantizar el secreto. Los cardenales, transportados entre la Capilla y la Casa Santa Marta, comen y descansan en un ambiente de aislamiento, una práctica que reemplazó el encierro total de siglos pasados.
El uso del humo como señal data del siglo XIX, con registros de su empleo deliberado desde 1823. Antes de 1978, la distinción entre humo blanco y negro era a veces confusa, pero desde el cónclave que eligió a Juan Pablo I, se utilizan cartuchos químicos para garantizar claridad. La quema de boletas, junto con notas de los cardenales, ocurre en una estufa temporal instalada en la Capilla Sixtina, conectada a la chimenea visible desde la Plaza de San Pedro.
Entre los candidatos destacados previos a la elección estaban el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, y el cardenal Luis Antonio Tagle, jefe de la oficina de evangelización. Otros nombres, como el cardenal Cristóbal López Romero de Marruecos y el cardenal Robert Prevost, surgieron como posibles sorpresas. La elección final, sin embargo, permanece en secreto hasta el anuncio oficial, manteniendo la intriga que caracteriza este ritual.
Contexto histórico y global del cónclave
El cónclave de 2025 es uno de los más impredecibles en la historia reciente, según observadores vaticanos, debido a la diversidad de los electores y la ausencia de un claro favorito. En el pasado, los cónclaves han variado en duración, desde los mil días del cónclave de 1268-1271, que eligió a Gregorio X, hasta los dos días que tomaron para elegir a Francisco en 2013. La duración promedio moderna es de tres días, con ocho rondas de votación.
La Plaza de San Pedro se llenó de miles de fieles y curiosos, quienes observaron pantallas gigantes para seguir el humo. La presencia de gaviotas posadas en la chimenea añadió un toque pintoresco, captado por drones y transmisiones en vivo de medios como NBC News. Más de 100,000 personas siguieron el evento en línea, reflejando el interés global en la elección del 267º papa.
Antes del cónclave, los cardenales celebraron 12 congregaciones generales para discutir los desafíos de la Iglesia, como la secularización y la evangelización en el mundo moderno. La misa pro eligendo pontifice, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, marcó el inicio formal del proceso. Estas reuniones subrayan la importancia de la elección, que no solo determina el liderazgo espiritual, sino también la dirección de una institución con influencia global.
El nuevo papa enfrentará un mundo complejo, con divisiones internas en la Iglesia y presiones externas sobre temas como el cambio climático, la migración y el diálogo interreligioso. La elección de 2025, con su mezcla de tradición y adaptación, reafirma la capacidad del Vaticano para mantener rituales centenarios mientras responde a las demandas de una Iglesia globalizada.