Una declaración de los líderes eclesiásticos de Jerusalén sobre una supuesta amenaza para los cristianos en Tierra Santa está causando resentimiento en Israel. Las acusaciones de las iglesias “son infundadas y distorsionan la realidad de la comunidad cristiana en Israel”, según una respuesta publicada en Twitter el lunes por la noche por el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí, Lior Haiat.
La población cristiana, en constante crecimiento, forma parte del tejido único de la sociedad israelí y goza de plena libertad de religión y culto en Jerusalén, como en todo Israel, añadió Haiat. El hecho de que los líderes eclesiásticos de Jerusalén guarden silencio sobre la difícil situación de muchas comunidades cristianas de Oriente Medio que sufren discriminación y persecución hace que la declaración sea “especialmente irritante”.
Haiat acusó a los líderes de la iglesia de no estar a la altura de su responsabilidad. Estas publicaciones podrían dar lugar a la violencia y perjudicar a las personas. “Los líderes religiosos tienen un papel crucial en la educación de la tolerancia y la convivencia”, dijo Haiat.
Los líderes eclesiásticos de Jerusalén habían emitido una declaración a mediados de diciembre en la que advertían de una amenaza para la presencia cristiana en Tierra Santa. Entre otras cosas, deploraron los intentos sistemáticos de “expulsar a la comunidad cristiana de Jerusalén y otras partes de Tierra Santa” y pidieron la creación de una zona de protección cristiana en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
El guardián principal de los Santos Lugares católicos de Tierra Santa, el Custodio franciscano Francesco Patton, hizo observaciones similares en un artículo para el periódico británico “Telegraph” el fin de semana. En él, advertía de un futuro amenazado para la minoría cristiana en Tierra Santa. “Los grupos radicales locales estaban librando una guerra de desgaste contra una comunidad que no quiere luchar”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y las iglesias de Tierra Santa se han enfrentado recientemente por las estrictas restricciones a la entrada de extranjeros en Israel. Los representantes de la Iglesia habían acusado a Israel de discriminación tras los informes sobre las excepciones a las estrictas restricciones de entrada para aquellos grupos de turistas que entran en la categoría de “turismo judío”. Haiat ha rechazado las acusaciones por considerarlas infundadas y ha advertido que los discursos de odio e incitación innecesarios alimentan el fuego del antisemitismo y conducen a la violencia.