El sábado, el Papa Francisco lideró la ceremonia de nombramiento de 21 cardenales, figuras clave que contribuirán significativamente a las reformas y al legado de la Iglesia Católica.
Una nueva era para el Colegio Cardenalicio
Desde la plaza de San Pedro, en un día luminoso y celebrado, el Papa logró expandir aún más su impacto en el Colegio Cardenalicio, el ente que eventualmente determinará a su sucesor. Notablemente, la mayoría de estos líderes eclesiásticos ahora deben su posición al líder jesuita originario de Argentina.
Al comenzar el servicio, Francisco enfatizó la importancia de la diversidad y la inclusividad en la Iglesia, comparándolos con una orquesta. “La diversidad es esencial; sin embargo, cada aporte debe ser en pro del bien común”, mencionó.
Dentro de los nuevos cardenales, se destaca Víctor Manuel Fernández, encargado de la doctrina del Vaticano, y Robert Prevost, un misionero oriundo de Chicago, quien supervisará la selección de obispos a nivel mundial.
Nombramientos estratégicos y relaciones geopolíticas
El Vaticano otorgó sombreros rojos a sus embajadores en Estados Unidos e Italia, resaltando su interés en reformar la jerarquía eclesiástica en regiones diplomáticamente cruciales. Otros nombramientos relevantes incluyen líderes de áreas como Hong Kong y Jerusalén, y zonas en situación delicada como Juba (Sudán del Sur) y lugares emblemáticos como Córdoba (Argentina).
Antes de nombrar a Pierbattista Pizzaballa, el Patriarca latino de 58 años, el Papa Francisco expresó su deseo de ver un “diálogo directo” entre las autoridades israelíes y palestinas para detener la escalada de violencia.
Recientemente, Pizzaballa mencionó que su nombramiento como cardenal ha intensificado la “voz de Jerusalén” tanto en la Iglesia como en la arena internacional. Enfatizó la posición única de Jerusalén como “el corazón del mundo”.
Pizzaballa y la situación de los cristianos en Tierra Santa
En una entrevista realizada en abril por The Associated Press, Pizzaballa destacó la preocupación por la creciente hostilidad hacia la comunidad cristiana en la región, con ataques a propiedades religiosas y clero, en un contexto marcado por un gobierno israelí inclinado hacia la derecha.
Sínodo de octubre: Una Iglesia renovada
Días antes de la reunión en la plaza de San Pedro, el Papa Francisco se prepara para un sínodo que abordará el papel de las mujeres, la comunidad LGBTQ+ y el celibato sacerdotal. Este evento, programado del 4 al 29 de octubre, busca hacer de la Iglesia un espacio de inclusión y escucha.
Con dos sesiones en total, la segunda el próximo año, este sínodo tiene la potencia de fortalecer el legado del Papa, en su visión de una Iglesia más cercana a la gente que a la estructura.
Interesantemente, varios cardenales recién designados, con derecho a voto, resuenan con esta visión. Destaca Fernández, el “teólogo del Papa”, uno de los nombramientos más significativos de la década.
El rol de Fernández y el Dicasterio para la Doctrina
En la carta de designación de Fernández, el Papa enfatizó un cambio. El Dicasterio para la Doctrina de la Fe anteriormente usó “métodos inmorales”, ahora deberá proteger la fe y brindar esperanza.
Francisco también señaló que Fernández no gestionará casos de abuso sexual, dejando esa responsabilidad a otra sección del Dicasterio. Una decisión controversial, ya que Fernández reconoció errores previos en la gestión de un caso en La Plata, Argentina.
Este nuevo enfoque busca refrescar y sanar heridas, aunque genera debates sobre el manejo de temas delicados y la autoridad eclesiástica.
El impacto en el cónclave y el futuro Papado
Con la reciente ceremonia, Francisco ha designado a 99 de los 137 cardenales menores de 80 años, lo que influye en la elección del próximo Papa. A pesar de que no todos son cercanos al actual Pontífice, muchos sintonizan con su enfoque pastoral.
Comparativamente, los cardenales escogidos por Juan Pablo II y Benedicto XVI eran más doctrinales. El gran número de cardenales designados por Francisco indica una posible continuidad en su visión después de su papado.
Actualmente, Europa tiene la mayoría de cardenales votantes con 52, seguido de América con 39 y Asia con 24.
Ceremonia de investidura: Un compromiso con la fe
La reciente investidura oficial es un rito de compromiso con la Iglesia. Cada cardenal jura lealtad al Papa, fidelidad a Cristo y servicio a la comunidad eclesiástica.
Francisco les recordó su vestimenta roja, simbolizando la disposición a sacrificar, incluso “hasta el derramamiento de sangre”, en defensa y propagación de la fe.
Es un recordatorio de la responsabilidad y el compromiso que conlleva ser un líder en la Iglesia Católica.