La artista de Tel Aviv Ilanit Shamia sale siempre de su apartamento de Florentin para tomarse su Americano matutino en un café local.
Ahora ese hábito matutino forma parte de un proyecto diario, “Koret Bacafe” o Lectura en el Café, un juego de palabras en el que café significa coffeeshop en inglés pero café en hebreo.
Shamia dibuja la taza de café de ese día (en su iPad), junto con una cita -en inglés- de lo que esté leyendo esa mañana, y lo publica en su cuenta de Instagram Koret Bacafe.
Un lunes por la mañana, la ilustración mostraba una taza blanca iridiscente de la panadería Stefan Austrian Bakery, en la calle Tchernikosvky de Tel Aviv, con una cita de la revista Smithsonian sobre tecnología alimentaria.
Unos días antes, era una taza para llevar -no es el tipo de taza favorito de Shamia- de Way Cup Coffee, con una cita de un artículo de National Public Radio sobre un centro de Oklahoma dedicado a Bob Dylan.
El hábito del café de Shamia se ha convertido en una especie de blog de café, con un centenar de tazas y citas esbozadas en los últimos meses. Como muchos de los proyectos iniciados por Shamia, formada en Bezalel, nunca está segura de adónde irá a parar.
“Es como una meditación matutina”, dice Shamia.
O como un diario matutino, solo que con su café y su cita favorita del momento.
Al igual que muchos proyectos artísticos del momento, Koret Bacafe comenzó a raíz del COVID-19, cuando Shamia pudo por fin aventurarse de nuevo a sus cafés favoritos del barrio tras los cierres.
Para ese primer post, estaba sentada en un café con una taza grabada con flores y el periódico Haaretz de ese día, cuando fotografió el bodegón para Instagram, comentando: “Koret Bacafe”.
“No podía creer que a nadie más se le hubiera ocurrido ese dicho”, dijo Shamia, que no encontró ningún hashtag o cuenta con el término.
Sus amigos la instaron a hacer algo con la idea, dejando que las tazas ilustradas la llevaran a una especie de diario de viaje por los cafés.
Ahora dedica una o dos horas cada mañana -pero nunca los viernes, su día sagrado- a dibujar la taza de café y la cita del día.
Aunque la mayoría de sus cafés están en Tel Aviv, con excursiones ocasionales a Jerusalén y Haifa, ha descubierto que publicar su café matutino en Instagram la conecta con la aldea global, ya que los cafés de Hong Kong o Italia la siguen y comparten su dibujo, a menudo por los artículos que cita y etiqueta en su publicación de Instagram.
“Se trata de dibujar con emoción”, dice Shamia, reflexionando sobre lo que hace que este proyecto resulte tan familiar para los demás. “El café por la mañana es una ceremonia que hace bien. Encuentras tu paz en ese momento, captas tu onda del día. Y en el café, estás con gente, pero estás solo”.