En septiembre de 1939, en la Feria Mundial de Nueva York, una cápsula de 800 libras hecha de cobre, cromo y plata llamada «Time Capsule I» fue bajada casi 50 pies por el suelo en Flushing Meadows, Corona Park.
La cápsula tenía 35 artículos domésticos diarios que normalmente se encuentran en la casa de cualquier persona. Algunas de las cosas que se pusieron en la cápsula incluían pocas copias de las revistas Life Magazines, Cigarrillos, 75 tipos de telas, metales, plásticos, arte contemporáneo, noticias, semillas de trigo, maíz, soja, alfalfa. También incluía un’microfilm’ que contiene más de diez millones de palabras, miles de imágenes y un pequeño microscopio para ver todo esto.
La cápsula de 1939 se llenó con un gas nitrógeno inerte para mantener el contenido seguro durante al menos los próximos 5.000 años, es decir, 6939 para ser exactos.
Aparte de este material, esta cápsula contenía un mensaje especial del célebre científico y físico Albert Einstein.
[…] Algunos intelectuales y celebridades se prestaron incluso a escribir mensajes a la civilización que abriera la cápsula del tiempo. Thomas Mann escribió amargamente: “Ahora sabemos que la idea del futuro como un “mundo mejor” era una falacia de la doctrina del progreso”. Albert Einstein dejó el mensaje anteriormente citado, cuya versión completa dice así: […]
Vivimos una época rica en inteligencias creadoras, cuyas expresiones han de acrecentar considerablemente nuestras vidas. Hoy cruzamos los mares merced a la fuerza desarrollada por el hombre, y empleamos también esa energía para aliviar a la humanidad del trabajo muscular agotador. Aprendimos a volar y somos capaces de enviar mensajes y noticias sin dificultad alguna a los más remotos lugares del mundo, por medio de ondas eléctricas.
No obstante, la producción y distribución de bienes se halla por completo desorganizada, de manera que la mayoría ha de vivir temerosa ante la posibilidad de verse eliminada del ciclo económico, y sufrir así la falta de lo necesario.
Además, los habitantes de las distintas naciones se matan entre sí a intervalos regulares, por lo que también, debido a esta causa debe sentir miedo y terror todo el que piense en el futuro. Esta anomalía se debe al hecho de que la inteligencia y el carácter de las masas son muy inferiores a la inteligencia y al carácter de los pocos que producen algo valioso para la comunidad. Confío en que la posteridad lea estas afirmaciones con un sentido de justicia y la necesidad de un cambio en la situación.