Los judíos que huyeron de Irán y el mundo árabe en las décadas posteriores al establecimiento de Israel dejaron propiedades por un valor aproximado de $ 150 mil millones, según un análisis interno del gobierno.
Las cifras citadas por el periódico israelí Yisrael Hayom son significativamente más bajas que las de los informes de noticias a principios de este año que afirman que Israel se estaba preparando para exigir $ 250 mil millones en reparaciones de los estados árabes.
Unos 850,000 judíos se vieron obligados a huir de sus hogares en países árabes en todo el Medio Oriente en los días previos y posteriores a la creación del Estado de Israel en 1948. Se confiscaron miles de millones de dólares en propiedades, se impusieron severas restricciones a los judíos y algunos fueron ejecutados.
En 2010, la Knéset aprobó una ley que exige que las reparaciones formen parte de cualquier acuerdo de paz firmado entre Israel y un estado árabe.
Según el informe, que se compiló con las aportaciones del Consejo de Seguridad Nacional, los judíos que huyeron dejaron propiedades por valor de 31.300 millones de dólares en Irán, 6.700 millones de dólares en Libia y 1.400 millones de dólares en Siria. El informe no nombró a otros estados árabes.
En su mayor parte, al abordar el tema de los “refugiados” en el Medio Oriente, la comunidad internacional, así como diferentes sectores, atribuyen automáticamente el término a los refugiados palestinos, a pesar de que el mismo período de tiempo (1948-1967) vio más de 850,000 judíos abandonan varios países árabes e Irán. Unos 600,000 llegaron a Israel y el resto se mudó principalmente a los Estados Unidos o Europa.
Las raíces de las comunidades judías en el mundo árabe se remontan a más de 2.500 años atrás, pero desafortunadamente, los trastornos geopolíticos de Oriente Medio -especialmente en el siglo XX- han relegado a estas vibrantes comunidades a un poco más que una nota al pie de la historia.
En el actual clima político de la región, la cuestión de los refugiados palestinos suele ocupar los titulares de los medios de comunicación, mientras que la mayoría sigue siendo ajena a la existencia de cientos de miles de refugiados judíos que se vieron obligados a abandonar sus países de origen y que, al emigrar a Israel, han dado forma a su tejido social de manera significativa.