El Makkabi de Berlín, equipo de fútbol fundado por supervivientes del Holocausto, hará historia este fin de semana al jugar en la Copa de Alemania, marcando un hito significativo para la comunidad judía en el deporte alemán.
El Makkabi y su legado histórico en el fútbol alemán
Fundado en 1970, el Makkabi de Berlín se convirtió en símbolo de resistencia y superación, tras su primer partido disputado en 1971. Siendo sucesor del club Bar Kochba Berlín, que tuvo que cerrar en 1938 bajo el régimen nazi, el club lleva consigo una herencia significativa.
La oportunidad de jugar en la Copa de Alemania resuena con fuerza en la memoria histórica, pues durante el régimen nazi, los judíos no podían participar en esta competición anual. Ahora, el Makkabi, de quinta división, se enfrentará al Wolfsburgo, de primera, en un encuentro cargado de simbolismo.
Marian Wajselfisz, cofundadora del equipo y cuya familia sobrevivió al Holocausto, ha expresado su enorme alegría y orgullo por este logro, que representa no solo una victoria deportiva, sino también un testimonio de supervivencia y aceptación.
Diversidad e inclusión: valores centrales del Makkabi de Berlín
Con más de 550 socios, el club berlinés incluye equipos de diversos deportes como baloncesto y voleibol. Pero más allá de los logros deportivos, el Makkabi se ha convertido en un emblema de diversidad e inclusión.
El escudo del equipo lleva la estrella de David, y aunque su identidad judía es fundamental, la afiliación al club está abierta a todos. Con jugadores de 15 países y varias religiones, el equipo se enorgullece de su multiculturalidad, como refleja Michael Koblenz, miembro de la junta directiva.
Entre los jugadores no judíos destaca el defensa senegalés Papa Alpha Diop, musulmán, quien trabaja también en la cantera del club. Diop expresa su amor por el juego y resalta que la religión no tiene importancia en el club, solo el amor por el fútbol.
Un encuentro cargado de significado y expectación
El partido del domingo no será solo un desafío deportivo contra un equipo que ganó la Copa de Alemania en 2015, como el Wolfsburgo. También lleva consigo una carga histórica y emocional para la comunidad judía en Alemania y en el mundo.
El campo habitual de Makkabi lleva el nombre de Julius Hirsch, ex jugador asesinado en Auschwitz por ser judío. La visita del Wolfsburgo llevará el partido a un recinto más grande en Berlín, y por primera vez será televisado.
El hecho de que el Wolfsburgo sea propiedad de Volkswagen, que recurrió a trabajos forzados durante la guerra, no ha sido objeto de controversia para el Makkabi. La importancia del partido radica en el presente, y en el intento de ser aceptados como judíos, según Wajselfisz.
Superación del antisemitismo y éxito deportivo
En un contexto donde el antisemitismo sigue siendo un problema en Alemania, el Makkabi de Berlín se ha posicionado como un club activo, enfocado en el éxito deportivo y no solo como una víctima del antisemitismo.
El capitán del Makkabi, Doron Bruck, resalta que el éxito del equipo está cambiando la percepción hacia el club. La voluntad de discutir, informar y no esconderse, junto con su rendimiento en el campo, forman parte integral del triunfo del equipo.
Noquear al Wolfsburgo será una tarea complicada, pero independientemente del resultado, el Makkabi ya ha logrado una victoria histórica, demostrando su fortaleza y representando un capítulo importante en la vida judía establecida en Alemania.