La ciudad de Udine se encuentra en estado de máxima alerta mientras Italia se prepara para recibir a la selección de Israel en un partido de fútbol el lunes. Este encuentro será el primero que Israel dispute fuera de Hungría, un país considerado neutral, en lo que va del año.
Desde que estalló el conflicto entre Israel y Hamás, tras la masacre llevada a cabo por este grupo el 7 de octubre del año pasado, el equipo nacional israelí ha jugado en Kosovo y Andorra en noviembre pasado. A partir de entonces, todos sus partidos han tenido lugar en Hungría, incluido el encuentro del mes pasado contra Bélgica en la Liga de Naciones. La Federación Belga de Fútbol se negó a albergar el partido por preocupaciones relacionadas con la seguridad.
El entrenador de la selección italiana, Luciano Spalletti, comentó al respecto: “Jugaremos este partido con la esperanza de hacer ver a más personas que la guerra es un error. Hay muchos israelíes que no la apoyan y debemos convencer a más gente de que esta situación debe acabar”.
Hasta ahora, se han vendido menos de 12.000 entradas para el partido del lunes, en un estadio con capacidad para 25.000 personas, el Stadio Friuli. Las medidas de seguridad en torno al evento son extremadamente estrictas.
Las áreas alrededor del estadio fueron cerradas 48 horas antes del partido y designadas como “zona roja”. Solo se permitirá el acceso a los aficionados que dispongan de entradas, quienes deberán atravesar barreras de seguridad de gran altura. Además, se ha recomendado a los espectadores que lleguen con anticipación debido a los minuciosos controles.
Para reforzar la seguridad, se han movilizado cientos de agentes de policía adicionales, provenientes de áreas cercanas a Udine. También se ha organizado una manifestación contra el equipo israelí, que tendrá lugar en el centro de la ciudad a las 5:00 p.m. hora local, apenas cuatro horas antes del inicio del partido. Los organizadores prevén la asistencia de aproximadamente 4.000 personas.