Las sanciones impuestas al propietario del club de fútbol Chelsea, Roman Abramovich, han supuesto restricciones sin precedentes para el equipo.
Abramovich se encuentra entre los siete rusos ricos a los que el gobierno ha congelado sus activos. Esto congela su capacidad de vender el Chelsea, que fue anunciada la semana pasada después de que Rusia invadiera Ucrania.
El gobierno ha emitido lo que denomina una “licencia especial” para garantizar que el Chelsea pueda seguir jugando y que el personal pueda ser pagado. Pero el club no podrá vender nuevas entradas a ningún aficionado ni vender mercancía.
Se trata de “privar a Abramovich de beneficiarse de su propiedad del club”, tuiteó la secretaria de Cultura, Nadine Dorries. “Sé que esto trae consigo cierta incertidumbre, pero el Gobierno trabajará con la liga y los clubes para que el fútbol siga jugándose, al tiempo que se garantiza que las sanciones se apliquen a quienes corresponda. Los clubes de fútbol son activos culturales y la base de nuestras comunidades. Nos comprometemos a protegerlos”.