Sebastian Kurz, el recientemente destituido canciller de Austria que se postulará para recuperar esta posición a finales de septiembre, tiene previsto llegar a Israel el martes por la noche, aparentemente tomando una página del libro de jugadas del primer ministro Benjamin Netanyahu sobre viajar al extranjero antes de las elecciones para subrayar las credenciales diplomáticas de cada uno.
Kurz, que perdió una medida de desconfianza en mayo después de que el Partido de la Libertad de extrema derecha abandonara sus coaliciones tras un escándalo en el que estaba implicado su líder, Heinz-Christian Strache, tiene previsto reunirse con Netanyahu el miércoles. Anunció su visita con un tweet, diciendo que él y su equipo viajarán a Israel para reunirse con Netanyahu y discutir sobre la migración ilegal, el terrorismo, la lucha contra el antisemitismo y la “situación de seguridad regional, en particular con respecto a Irán”.
Esta será la segunda visita de Kurz al extranjero en una semana, después de haber ido a Berlín la semana pasada.
También tiene previsto reunirse con el Ministro de Seguridad Pública Gilad Erdan y visitar la base de la Unidad Antiterrorista de la policía durante su visita de un día, así como reunirse con los supervivientes austríacos del Holocausto que viven aquí.
“Israel es un ancla de estabilidad en esta región conflictiva de nuestro vecindario inmediato y un socio importante para Europa”, dijo el lunes, añadiendo que quiere discutir medidas de seguridad fronteriza y frenar la inmigración ilegal. La crisis de los refugiados es un importante problema electoral en Austria.
Kurz surgió como uno de los mejores amigos de Israel en Europa, dando discursos a favor de Israel, twitteando su apoyo, visitando el Muro Occidental durante una visita, defendiendo a Israel en varios foros de la Unión Europea y desarrollando una estrecha relación con Netanyahu.
Y durante una visita a Israel el pasado mes de junio, Kurz dijo que Austria no solo fue víctima del nazismo, como el país se retrató a sí mismo hasta la década de 1990, sino también un perpetrador de crímenes nazis. Como tal, dijo, Austria tiene una responsabilidad, no solo con sus judíos sino también con el Estado judío. Lo que fue innovador en estas palabras fue no reconocer los crímenes de Austria durante el Holocausto, pero decir esto le dio al país una responsabilidad especial hacia Israel.