El gobierno belga condena la destrucción de las oficinas de Enabel en el norte de Gaza, calificando el acto de violación al derecho internacional.
Bélgica ha expresado su firme repudio al ataque contra las instalaciones de su agencia de desarrollo, Enabel, en Gaza, ocurrido el miércoles, mediante la convocatoria del embajador israelí en Bruselas. Este incidente, que no causó víctimas debido a la ausencia de personal en el momento del ataque, ha desencadenado una respuesta diplomática contundente.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) están revisando las acusaciones, mientras que el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí confirmó la convocatoria del embajador, asegurando que se encuentra en proceso de verificación de los hechos.
Los ministros belgas de Asuntos Exteriores y de Cooperación al Desarrollo, Hadja Lahbib y Caroline Gennez, respectivamente, han manifestado su condena enérgica durante un encuentro con el embajador israelí, Idit Rosenzweig-Abu. El gobierno belga ha calificado la destrucción de infraestructuras civiles como una acción inaceptable que contraviene las leyes internacionales.
Ante la escalada de violencia, Bélgica había tomado medidas preventivas evacuando al personal de la agencia y a sus familias dos semanas antes del incidente. La ministra Lahbib compartió imágenes en redes sociales que evidencian la magnitud de la destrucción, una de las cuales muestra los escombros del edificio afectado.
En respuesta a la crisis, Bélgica solicita un cese al fuego inmediato para facilitar la entrada de ayuda humanitaria en la zona. Adicionalmente, planteará ante sus socios de la Unión Europea la cuestión de la compensación por las infraestructuras dañadas en proyectos financiados por la UE y sus estados miembros.
La guerra comenzó tras la masacre del 7 de octubre perpetrada Hamás, en las que unos 3.000 terroristas irrumpieron en la frontera por tierra, mar y aire, asesinaron a unas 1.200 personas y secuestraron a más de 240, en su mayoría civiles, muchos de ellos en medio de horribles actos de brutalidad. Familias enteras fueron ejecutadas en sus casas y más de 360 personas fueron masacradas en un festival al aire libre.