Damas y caballeros, Sr. Presidente, este día es un momento crucial en la historia. Anuncia un nuevo amanecer de paz. Durante miles de años, el pueblo judío ha rezado por la paz. Durante décadas, el Estado judío ha rezado por la paz. Y por eso hoy estamos llenos de tan profunda gratitud. Le estoy agradecido, presidente Trump, por su liderazgo decisivo. Usted ha estado inequívocamente al lado de Israel. Se ha enfrentado con valentía a los tiranos de Teherán. Ha propuesto una visión realista para la paz entre Israel y los palestinos. Y ha negociado con éxito la paz histórica que firmamos hoy, una paz que tiene un amplio apoyo en Israel, en América, en Medio Oriente, en realidad en todo el mundo.
Estoy agradecido al Príncipe Heredero Mohammed bin Zayed de los Emiratos Árabes Unidos y a usted, Ministro de Relaciones Exteriores Abdullah bin Zayed. Les agradezco a ambos su sabio liderazgo y su trabajo con los Estados Unidos e Israel para expandir el círculo de la paz.
Estoy agradecido al Rey Hamad de Bahrein y a usted, Ministro de Relaciones Exteriores Abdullatif Al-Zayani, por unirse a nosotros para llevar esperanza a todos los hijos de Abraham.
A todos los amigos de Israel en Medio Oriente, a los que están con nosotros hoy y a los que se unirán a nosotros mañana, les digo As-salamu alaykum, paz para ustedes. Shalom.
Y habéis oído al presidente que ya está alineando más y más países. Esto era inimaginable hace unos años, pero con resolución, determinación, una mirada fresca a la forma en que se hace la paz, esto se está logrando. Gracias, Sr. Presidente.
Damas y caballeros,
El pueblo de Israel conoce bien el precio de la guerra. Yo conozco el precio de la guerra. Fui herido en batalla. Un compañero, un amigo mío muy cercano, murió en mis brazos. Mi hermano Yoni perdió la vida mientras llevaba a sus soldados a rescatar rehenes de los terroristas en Entebbe. El dolor de mis padres por la pérdida de Yoni no se alivió hasta el día de su muerte. Y a lo largo de los años, cuando he venido a consolar a las familias de los soldados caídos y víctimas del terror en Israel, he visto ese mismo dolor innumerables veces. Y es por eso, que, estoy tan profundamente conmovido de estar aquí hoy. Porque aquellos que llevan las heridas de la guerra aprecian las bendiciones de la paz.
Y las bendiciones de la paz que hagamos hoy serán enormes. Primero, porque esta paz se expandirá eventualmente para incluir a otros estados árabes, y finalmente puede terminar el conflicto árabe-israelí de una vez por todas. Segundo, porque los grandes beneficios económicos de nuestra asociación se sentirán en toda nuestra región, y llegarán a cada uno de nuestros ciudadanos. Y tercero, porque no se trata solo de una paz entre líderes, sino entre pueblos: israelíes, emiratíes y bahreiníes ya se están abrazando. Estamos ansiosos por invertir en un futuro de asociación, prosperidad y paz. Ya hemos empezado a cooperar en la lucha contra el coronavirus, y estoy seguro de que juntos podemos encontrar soluciones a muchos de los problemas que afligen a nuestra región y más allá.
Así que, a pesar de los muchos desafíos y dificultades que todos afrontamos, hagamos una pausa por un momento para apreciar este notable día. Elevémonos por encima de cualquier división política. Dejemos de lado todo cinismo. Sentimos en este día el pulso de la historia. Durante mucho tiempo después de que la pandemia desaparezca, la paz que hagamos hoy perdurará.
Damas y caballeros,
He dedicado mi vida a asegurar el lugar de Israel entre las naciones, para asegurar el futuro del único Estado judío. Para lograr ese objetivo, he trabajado para hacer a Israel fuerte, muy fuerte, porque la historia nos ha enseñado que la fuerza trae seguridad, la fuerza trae aliados y ultimadamente, y esto es algo que el presidente Trump ha dicho una y otra vez, finalmente la fuerza trae la paz.
El Rey David expresó esta verdad básica hace miles de años en nuestra capital eterna, Jerusalén. Su oración, inmortalizada en el Libro de los Salmos de la Biblia, hace eco de nuestro glorioso pasado y nos guía hacia un futuro brillante:
“ה’ עז לעמו יתן ה’ יברך את עמו בשלום”.
“Que Dios dé fuerza a su pueblo, que Dios bendiga a su pueblo con la paz”.
Sr. Presidente,
Distinguidos invitados,
Esta semana es Rosh Hashaná, el Año Nuevo Judío, y qué bendición traemos a este nuevo año, una bendición de amistad, una bendición de esperanza, una bendición de paz.