La administración Biden confirmó los informes de que la semana pasada retuvo un cargamento de bombas de 2.000 y 500 libras destinadas a Israel, lo que marca la primera vez desde los ataques del 7 de octubre que Estados Unidos ha retenido un envío de armas a Israel.
Esta decisión se produce en un contexto de preocupaciones por parte de Washington respecto a una posible gran ofensiva israelí en Rafah, una ciudad del sur de Gaza. Las autoridades estadounidenses están convencidas de que no hay manera de que Israel lleve a cabo tal operación, garantizando la seguridad de los más de un millón de palestinos refugiados allí.
Un alto funcionario de la administración Biden explicó a The Times of Israel que, en respuesta a estas preocupaciones, Estados Unidos ha mantenido varias reuniones virtuales con altos funcionarios israelíes en los últimos meses. Aunque estas conversaciones continuarán, la Casa Blanca ha determinado que no fueron suficientes para transmitir sus preocupaciones completamente.
Según el funcionario, a medida que los líderes israelíes parecían acercarse a una decisión sobre una operación en Rafah el mes pasado, comenzaron a revisarse cuidadosamente las propuestas de transferencias de armas a Israel. Como resultado de esta revisión, se pausó un envío que incluía 1.800 bombas de 2.000 libras y 1.700 bombas de 500 libras.
La preocupación particular de la Casa Blanca radicaba en el uso potencial de las bombas de 2.000 libras en la densamente poblada Rafah, de manera similar a como se han empleado en otras partes de Gaza.
El funcionario también confirmó que Estados Unidos había retrasado una transferencia de municiones de ataque directo conjunto (JDAM) a Israel, aunque este retraso ocurrió mucho antes de la pausa del envío de bombas la semana pasada. “Para algunos otros casos en el Departamento de Estado, incluidos los kits de JDAM, continuamos la revisión. En ninguno de estos casos se trata de traslados inminentes, sino de futuros traslados”, explicó el funcionario.
Finalmente, el alto funcionario destacó que los cargamentos de armas bajo revisión provienen de fondos previamente asignados de hace años y no son parte de la ayuda que el Congreso aprobó para Israel el mes pasado.
A pesar de las restricciones en ciertos envíos, Estados Unidos acaba de aprobar otros 827 millones de dólares en armas y equipos para Israel, reafirmando su compromiso de asegurar que Israel obtenga cada dólar asignado en el suplemento.