Estados Unidos ha comunicado a Israel su descontento respecto a la nueva legislación aprobada por el Knéset que prohíbe la apertura de consulados extranjeros en Jerusalén para prestar servicios a los palestinos, informó el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
Esta ley es percibida como un obstáculo para la reapertura del consulado de EE. UU., cerrado en 2019 bajo la administración de Donald Trump.
Joe Biden asumió la presidencia con el compromiso de reabrir la misión diplomática, pero la medida requiere la autorización de Israel, dado que el edificio se encuentra en Jerusalén Occidental, territorio soberano de Israel. La reciente legislación probablemente dificultará aún más este proceso, tras la negativa de varios gobiernos israelíes.
“Nos oponemos a esta legislación. Les hemos dejado claro que seguimos creyendo que abrir un consulado estadounidense en Jerusalén es crucial para nuestra relación con el pueblo palestino y para brindarles apoyo”, afirmó Miller.
El portavoz subrayó que EE. UU. mantiene vínculos con el pueblo palestino y la Autoridad Palestina a través de su Oficina de Asuntos Palestinos en la embajada en Jerusalén y otra oficina en Washington, creada en la administración Biden para fortalecer las relaciones.
Ante la pregunta de si EE. UU. consideraría cerrar consulados israelíes en respuesta a esta medida, Miller señaló que esa no es una acción que Washington esté contemplando.