El embajador griego en Israel, Panagiotis Sarris, alabó el domingo el avance decisivo del gobierno israelí en el proyecto de gasoducto EastMed, al advertir que las objeciones de Turquía al proyecto y sus movimientos expansionistas en el Mediterráneo planteaban problemas de seguridad.
El gasoducto EastMed “convierte la energía en un catalizador para la cooperación y la estabilidad regional, en beneficio de todos”. Queremos que Turquía sea un socio en igualdad de condiciones y no un matón del vecindario, pero esto está resultando difícil en la actualidad”, mencionó Sarris a The Jerusalén Post en una declaración escrita.
El gobierno de Israel ratificó el domingo un acuerdo trilateral firmado en Atenas en enero por el primer ministro Benjamin Netanyahu, el primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis y el presidente chipriota Nicos Anastasiades.
El acuerdo adelantó la construcción del proyecto de 1 900 kilómetros, que se ubicará en su mayor parte bajo el mar y será el mayor oleoducto de este tipo del mundo.
Transformará tanto a Israel como a Chipre en potencias energéticas al canalizar el gas natural de sus yacimientos a través de Grecia y hacia Europa occidental y oriental a través de Italia, que ha aceptado el proyecto, pero aún no ha firmado el acuerdo. El parlamento chipriota ratificó el acuerdo el viernes. Tanto los Estados Unidos como la UE aprueban el proyecto.
“La UE ayudó a las partes en la redacción del acuerdo intergubernamental”, informó la Embajada de la UE en Tel Aviv, añadiendo que “el gasoducto debe ser visto como una opción para aprovechar los suministros de gas de EastMed para la UE junto con el envío a la UE por buques cisterna en forma de gas natural licuado”.
Se trata, en particular, de la objeción de Turquía al proyecto. Ha firmado un pacto con Libia, reivindicando zonas económicas exclusivas en el Mar Mediterráneo, precisamente en las zonas submarinas donde se construirá el oleoducto.
La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982 (UNCLOS) ha sido ratificada por 168 países, excepto Turquía, que reclama grandes partes del Mediterráneo, señaló Sarris.
“Turquía ha amenazado con perforar a siete millas de la costa de Creta, una isla griega que alberga a más de un millón de personas”, añadió. “Estas aguas están dentro de la Zona Económica Exclusiva de Grecia, y perforar allí sería una provocadora violación del derecho internacional”.
Grecia se vería obligada a reaccionar y a defender la soberanía de sus aguas y su territorio”, manifestó Sarris, añadiendo que Turquía ha utilizado su acuerdo con Libia para justificar “su retórica agresiva”.
Solo hay que “examinar un mapa” para entender que “esto es una tontería” y que el memorando de entendimiento entre Turquía y Libia es “nulo y sin valor”, indicó.
“Tales movimientos expansionistas de Turquía son una importante preocupación de seguridad compartida por Grecia, Israel y Chipre”, declaró Sarris.
La embajadora de Chipre en Israel, Thessalia-Salina Shambos, calificó de “excelente noticia” la ratificación por parte de Israel del acuerdo trilateral de enero.
El voto del gobierno de Israel del domingo “reconfirma nuestro compromiso conjunto con la implementación del oleoducto de EastMed”, mencionó. Es “un proyecto técnicamente factible y económicamente viable que representa una elección estratégica de intereses compartidos para nuestros países y para la UE”.
Tenía “un claro mérito geopolítico para nuestra región en general”, expli Shambos.
Sarris resaltó que era una señal de la fuerte cooperación trilateral entre Israel, Grecia y Chipre que se ha fortalecido solo a través de este proyecto.
“Al mismo tiempo, pone fin al aislamiento energético de Chipre y asegura el suministro de gas a las zonas de Grecia que actualmente no tienen acceso a la red nacional”, señaló.
“El siguiente paso: El siguiente paso es que Italia se una y ratifique el Proyecto EastMed para que el gas pueda ir a Europa Central y del Norte. Soy muy optimista de que Italia se suba a bordo”, finalizó Sarris.