Amos Hochstein, el enviado estadounidense, se encuentra en conversaciones con funcionarios libaneses en Beirut para discutir las condiciones de un alto el fuego entre Israel y Hezbolá, advirtiendo que la guerra se ha “salido de control”.
Hochstein manifestó que el compromiso de ambas partes con la resolución 1701 de la ONU, que puso fin a la última serie de hostilidades entre Israel y Hezbolá en 2006 y que exige que el sur del Líbano esté libre de tropas o armas que no sean las del Estado libanés, “no fue suficiente”.
El enviado aseguró que ni Hezbolá ni Israel han implementado la resolución de manera adecuada, y aunque esta podría servir como base para poner fin a las actuales hostilidades, Estados Unidos está evaluando qué medidas adicionales son necesarias para asegurar que se lleve a cabo “de manera justa, precisa y transparente”.
“Estamos colaborando con el gobierno del Líbano, el estado del Líbano y el gobierno de Israel para encontrar una fórmula que termine este conflicto de una vez por todas”, declaró Hochstein.
Tras lo que calificó como una reunión “muy constructiva” con el presidente del Parlamento, Nabih Berri, aliado cercano de Hezbolá y participante en los esfuerzos diplomáticos para finalizar la guerra, Hochstein expresó: “Estados Unidos desea poner fin a este conflicto lo antes posible. Ese es el objetivo del presidente [Joe] Biden y es lo que todos estamos tratando de lograr”.