Al término de su conferencia de prensa con el ministro de Defensa, Gallant, se le preguntó al secretario de Defensa, Lloyd Austin, si la presión de EE. UU. sobre Israel para que redujera el número de víctimas civiles en Gaza podría significar una reducción de los bombardeos aéreos y otros cambios en los combates que pudieran causar una mayor pérdida de vidas entre los soldados israelíes.
Austin respondió diciendo: “En cuanto a la naturaleza de los ataques y la cantidad de daños colaterales, la protección de nuestras tropas era importante para todos nosotros”, tanto para Israel como para Estados Unidos.
Añadió que Gaza era un espacio de batalla complejo, con una densa población, y “eso hacía muy, muy difícil llevar a cabo cualquier operación militar”.
También señaló que Hamás utilizaba habitualmente a civiles como escudos y combatía cerca de hospitales, mezquitas, iglesias, lo que sea, lo que añadía complejidad.
Austin enfatizó que requería una fuerza muy profesional y que esta fuerza tenía que aprender a cada paso. Él y Gallant habían discutido las técnicas que las FDI estaban cambiando a medida que llevaban a cabo operaciones en el sur. Además, mencionó que todos aprendían de la experiencia. Eran una fuerza muy profesional y estaban aplicando lecciones aprendidas en el norte, en el sur, y estaba seguro de que seguirían haciéndolo.
Gallant afirmó que Israel y Estados Unidos mantenían conversaciones transparentes y francas sobre la conducción de la guerra, compartiendo todo.
Elogió los éxitos significativos de las FDI en el campo de batalla y mencionó que eliminar a los líderes de Hamás era un objetivo en curso que se alcanzaría, aunque esperaban que fuera pronto.
Gallant también mencionó que las FDI seguirían operando con diferentes niveles de intensidad según la situación en la región.
En respuesta a una pregunta sobre los puntos de referencia para pasar a la siguiente fase de la guerra y por qué Israel no había pasado aún a operaciones más precisas y selectivas, Gallant explicó que Israel definiría por sí mismo las fases de la campaña y que el cambio de fase no significaba necesariamente el fin de la operación. Se hacían cosas diferentes en cada fase, como combates más intensos en una y más ayuda humanitaria en otra.
Austin añadió que Israel tenía que planificar detalladamente el paso de una fase a otra, asegurándose de tener todo previsto. No había un reloj que corriera y tuvieran que obedecer a un día determinado, sino que tenían que llegar a diferentes actuaciones sobre el terreno antes de pasar a la siguiente fase.
Finalmente, Gallant concluyó diciendo: “Venceremos. Desmantelaremos Hamás, de lo contrario no podremos existir y vivir de la manera que queremos vivir en esta región. Porque la disuasión tiene un precio. Y tienen que saber [tras el 7 de octubre] que si matan o secuestran a 1.500 personas, incluidos niños y mujeres, será el fin de Hamás”.
Mientras los dos hombres se daban la mano y abandonaban la rueda de prensa, Gallant le agradeció a Austin: “Gracias, secretario. Nos ha ayudado mucho”.