Al parecer, Israel ha notificado al gobierno de Biden que mantendrá informada a la Casa Blanca sobre los acuerdos importantes que celebre con China y que está dispuesto a reexaminar dichos acuerdos si Estados Unidos plantea su oposición.
A lo largo de las sucesivas administraciones, Washington ha expresado su preocupación por los crecientes vínculos económicos de Israel con China.
El asunto se planteó el mes pasado durante la reunión del asesor de Seguridad Nacional de EE. UU., Jake Sullivan, con el ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, en Jerusalén, según informó el lunes el periódico Haaretz en un informe sin fuentes.
Aunque la administración Biden aún no ha planteado exigencias específicas a Israel en cuanto a sus relaciones con China, Israel ha comenzado a mantener conversaciones sobre el asunto con el objetivo de ajustar su política para satisfacer mejor a los estadounidenses, según el informe.
Israel ha pedido a EE. UU. que le ofrezca empresas alternativas con las que pueda trabajar en lugar de las chinas, dada la reacción de Washington, según el informe.
Israel está abierto a promover iniciativas conjuntas con India y los Emiratos Árabes Unidos, según el informe.
Jerusalén se enfrenta a un dilema, ya que no quiere perjudicar sus relaciones con China haciendo demasiado alarde de su voluntad de acceder a las exigencias de EE. UU. en la materia.
En medio de una guerra comercial entre Estados Unidos y China que ha tenido altibajos en los últimos años bajo las administraciones de Trump y Biden, Israel y China han visto el calentamiento de las relaciones y un mayor interés en las innovaciones israelíes, especialmente en la tecnología médica, la robótica, la tecnología alimentaria y la inteligencia artificial.
Estados Unidos ha sacado a relucir públicamente la relación de Israel con China en varias ocasiones recientemente. Antes de una conversación entre Lapid y el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, en octubre, un alto funcionario dijo que Blinken mantendría una conversación “sincera” con su homólogo israelí “sobre los riesgos para nuestros intereses compartidos de seguridad nacional que conlleva la estrecha cooperación con China”.
El director de la CIA, Willian Burns, habría planteado la preocupación de Estados Unidos por el aumento de las inversiones y la participación de China en Israel -en particular en su sector tecnológico- durante su reunión en agosto con el primer ministro Naftali Bennett en Jerusalén.
Los lazos de Israel con China también surgieron como una rara fuente de fricción con Washington durante la administración Trump.
Sin embargo, Israel y China parecen haber desarrollado lazos económicos y políticos más cálidos en los últimos meses. En noviembre, el presidente Isaac Herzog mantuvo la primera conversación telefónica de la historia entre los presidentes de Israel y China, en la que discutieron el programa nuclear de Irán, los Acuerdos de Abraham y los lazos bilaterales.
Los líderes también hablaron sobre el Comité Conjunto China-Israel para la Cooperación en Innovación, un mecanismo que se creó en 2014 para promover la colaboración entre los ministerios gubernamentales en materia de innovación.
Israel también ha tomado medidas para aplacar a China en la escena internacional. En octubre, Israel se abstuvo de firmar una declaración conjunta en las Naciones Unidas que expresaba su preocupación por el trato de Pekín a su minoría musulmana uigur.