Israel entregará a la enviada estadounidense informes de inteligencia sobre rearme de Hezbolá y sobre incapacidad del ejército libanés ante el plazo de desarme.
Israel presenta pruebas de rearme de Hezbolá y límites del ejército
Israel presentará a la enviada estadounidense Morgan Ortagus un conjunto de informes de inteligencia que, según autoridades israelíes, prueban que Hezbolá se reconstruye y se rearma en el sur del Líbano, mientras las Fuerzas Armadas Libanesas no pueden o no quieren frenar las violaciones del movimiento chií, en vísperas del plazo de diciembre para el desarme y con temores crecientes en Beirut sobre una nueva ofensiva israelí en la frontera.
Ortagus, designada enviada especial adjunta de la Casa Blanca para Oriente Medio, aterrizó en Israel horas antes de la reunión en Jerusalén con el primer ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa, Israel Katz. En ese encuentro, el jefe de la Inteligencia Militar de las Fuerzas de Defensa de Israel, general de división Shlomi Binder, presentó una actualización detallada sobre el rearme de Hezbolá y sobre la incapacidad del ejército libanés.
Según fuentes israelíes, el expediente para Ortagus incluye información sobre traslado de cohetes de corto alcance y sistemas desde Siria hacia el Líbano, y sobre reubicación de infraestructuras de Hezbolá al norte del río Litani, mientras el grupo mantiene cuadros armados en localidades del sur. Los informes sostienen que Hezbolá reconstruye posiciones de la guerra de 2023-2024 y crea depósitos de armamento, en contra de lo pactado en el alto el fuego de noviembre de 2024.

En paralelo, la enviada prevé reunirse con el ministro de Asuntos Exteriores, Gideon Sa’ar, y con altos mandos de inteligencia. Sa’ar adelantó que expondrá la evaluación israelí de que Hezbolá se arma mucho más rápido de lo que se desarma y que la responsabilidad recae en el Gobierno libanés. También señaló transferencias financieras desde Irán hacia Hezbolá a través de Turquía y defendió la necesidad de cortar ese flujo de fondos.
Claves del alto el fuego y del cronograma de desarme verificado
- Retirada gradual de fuerzas de Hezbolá al norte del río Litani.
- Despliegue del ejército libanés en el sur del país.
- Retirada escalonada de Israel de cinco posiciones en territorio libanés.
- Supervisión de FPNUL y de un mecanismo con participación estadounidense y francesa.
- Compromiso por decreto para entregar armas antes del 31 de diciembre de 2025.
Acuerdo de 2024, mandato de la ONU y evaluación sobre cumplimiento
Un responsable gubernamental explicó el objetivo político ante Washington: Israel busca legitimidad estadounidense para cualquier medida. Según esas fuentes, el gobierno aspira a que la Casa Blanca respalde de forma explícita el diagnóstico israelí sobre el rearme de Hezbolá y la interpretación de que el Gobierno de Beirut incumple compromisos de desarme. Esa validación se considera clave para próximas decisiones de seguridad y para sostener una posición firme en el escenario regional.
La visita de Ortagus se inserta en un acuerdo de alto el fuego alcanzado en noviembre de 2024 entre Israel y Hezbolá, con mediación estadounidense y francesa, que puso fin a más de un año de hostilidades iniciadas tras la entrada de Hezbolá en la guerra un día después del ataque de Hamás contra el sur de Israel el 7 de octubre de 2023. Estableció supervisión de FPNUL y un mecanismo con Estados Unidos y Francia.

El entendimiento dispuso la retirada gradual de fuerzas de Hezbolá al norte del Litani, el despliegue del ejército libanés en el sur y la retirada escalonada de tropas israelíes de cinco posiciones dentro del Líbano, bajo la supervisión de la FPNUL y del mecanismo de seguimiento acordado. Estos elementos definieron un marco para reducir riesgos en la frontera y para facilitar nuevas decisiones políticas durante la implementación prevista por las partes.
Por mandato del Consejo de Seguridad, la zona entre la Línea Azul y el Litani debe quedar libre de personal, bienes y armas que no pertenezcan al Estado libanés ni a FPNUL, y todas las armas en el país deben estar bajo control exclusivo del Gobierno de Líbano. Desde 2024, informes de Naciones Unidas, gobiernos y centros de análisis describen aplicación incompleta de estas disposiciones, con presencia de combatientes en el sur y operaciones israelíes continuadas.
Despliegue del ejército libanés y resultados operativos en la frontera
En agosto y septiembre de 2025, el nuevo Gobierno libanés encabezado por el presidente Joseph Aoun y el primer ministro Nawaf Salam aprobó un plan para que las Fuerzas Armadas Libanesas establezcan monopolio estatal sobre las armas en todo el país, incluido el desarme de Hezbolá. El Ejecutivo pidió al mando militar un diseño para lograr ese objetivo hacia diciembre de 2025 y examinó un esquema por fases sin fechas cerradas para todas las etapas.
Como parte de ese esfuerzo, el Ejército libanés incrementó de forma significativa su presencia al sur del Litani. Datos recientes señalan el despliegue de cerca de 10.000 soldados en la zona fronteriza, el establecimiento de centenares de puestos y controles, la clausura de rutas de contrabando y la destrucción de numerosos túneles, depósitos de armas y posiciones utilizadas por Hezbolá. Mandos libaneses afirman haber retirado miles de cohetes y proyectiles, hasta agotar reservas de explosivos.

Israel niega que esos avances resulten suficientes y sostiene que la milicia chií aprovecha las limitaciones del ejército libanés para reconstituir su capacidad. Según la información que se entregará, Hezbolá recuperó infraestructuras en el sur y desplazó parte de su aparato militar hacia regiones, mientras mantiene una red de cohetes, armamento anticarro y artillería que vulnera el alto el fuego de 2024 y la resolución 1701. Israel atribuye a Hezbolá el uso de viviendas como cobertura.
En el plano diplomático, Washington vinculó la consolidación del alto el fuego y una retirada israelí del sur del Líbano a un calendario verificable para el desarme de Hezbolá. Un plan estadounidense de verano de 2025 fijó que el Gobierno libanés debía comprometerse por decreto a entregar todas las armas antes del 31 de diciembre de 2025, a cambio del cese de operaciones durante la fase inicial y con advertencias de reanudación si no se cumplía.
Escenarios políticos y diplomáticos ante el plazo de diciembre de desarme
Este horizonte temporal también se reflejó en la política interna israelí. El Gobierno de Benjamin Netanyahu advirtió en varias ocasiones que “Hezbolá debe ser desarmado” y que Israel está dispuesto a hacer lo necesario si el proceso no avanzaba, mientras responsables militares describieron bombardeos recientes en territorio libanés como anticipo de una posible ampliación de la campaña. En círculos políticos y mediáticos, diciembre ganó el mote de “Operación Cumpleaños” para designar ese plazo.
En Líbano, el presidente Joseph Aoun sostuvo que las fuerzas armadas cumplen plenamente sus funciones al sur del Litani y reiteró la voluntad del Estado de avanzar hacia el monopolio de las armas, a la vez que reclamó el fin de los ataques israelíes y la retirada de las últimas posiciones ocupadas. Hezbolá afirmó que no entregará su arsenal mientras queden tropas israelíes y continúen las operaciones aéreas, y advirtió riesgos de tensiones internas graves.

La llegada de Ortagus a Israel siguió a una agenda intensa en Beirut en semanas anteriores, con reuniones con el presidente Aoun, el mando del ejército y responsables políticos para revisar la ejecución del plan de desarme y la situación en la frontera. Estados Unidos reafirmó apoyo financiero y de equipos a las Fuerzas Armadas Libanesas, consideradas pilar, y recordó que la misión de FPNUL fue prorrogada hasta finales de 2026 con perspectiva de repliegue posterior.
El viaje de la enviada coincidió con la visita del papa Leo XIV al Líbano, que concluyó con una misa y un llamado a la paz; Israel suspendió ataques durante la estancia, pero horas después aparecieron disparos de artillería en el sur. Diplomáticos advirtieron que la tregua estaba al borde del colapso. En este contexto, la reunión de Jerusalén definirá respaldo estadounidense y la viabilidad de completar antes de fin de año el desarme en el sur.
