Ambos gobiernos anunciaron desde Jerusalén y La Paz un entendimiento que restablece vínculos cortados en 2023 y abre una etapa de cooperación económica y técnica.
Acuerdo coordinado y hoja de ruta para un nuevo capítulo bilateral
Israel y Bolivia suscribieron un acuerdo para restablecer plenamente las relaciones diplomáticas, interrumpidas el 31 de octubre de 2023 tras la ofensiva israelí en Gaza. El anuncio llegó por el ministro israelí Gideon Sa’ar y por el Gobierno del presidente boliviano Rodrigo Paz, con una formulación que expresó la meta de abrir un nuevo capítulo entre ambos países. La decisión marcó un cambio en la política exterior boliviana y una apuesta por reposicionar su agenda internacional con socios diversos.
El restablecimiento tomó forma mediante un acuerdo diplomático difundido de manera coordinada desde Jerusalén y La Paz, después de contactos iniciados tras la elección de Rodrigo Paz y cerrados en diciembre de 2025 con la comunicación oficial. La cancillería israelí informó de una llamada entre Sa’ar y el presidente boliviano. El jefe de la diplomacia israelí expresó el deseo de abrir una nueva etapa bilateral, mientras Paz reafirmó la intención de reinsertar a Bolivia en la escena internacional.
En su comunicado, Gideon Sa’ar afirmó: “Israel y Bolivia: hemos renovado nuestras relaciones diplomáticas”. Añadió que el proceso continúa y difundió una imagen institucional de ambos países. Medios internacionales informaron en paralelo que el Gobierno boliviano había decidido reanudar los vínculos interrumpidos dos años antes por la guerra en Gaza, tras la llegada al poder de un Ejecutivo con orientación distinta al que resolvió la ruptura de 2023.
El Ejecutivo de Rodrigo Paz situó el paso dentro de una estrategia amplia de reposicionamiento internacional para fortalecer su prestigio exterior y ampliar opciones de cooperación económica, tecnológica y de inversión con socios como Israel. En ese marco, la administración decidió eliminar el requisito de visado para visitantes de varios países, entre ellos Israel, como gesto inicial de aproximación anterior a la firma del acuerdo de restablecimiento pleno de los canales diplomáticos.
Puntos clave del anuncio y de la fase preparatoria
- Ruptura previa: 31 de octubre de 2023 por la guerra en Gaza.
- Comunicación coordinada desde Jerusalén y La Paz en diciembre de 2025.
- Eliminación del visado para visitantes, con Israel entre los beneficiados, antes del acuerdo definitivo.
- Áreas priorizadas: agricultura, agua, salud, innovación tecnológica y seguridad.
Antecedentes y vaivenes bilaterales vinculados a escaladas en Gaza
La ruptura de 2023 ocurrió bajo el Gobierno de Luis Arce, que el 31 de octubre anunció el corte de relaciones con Israel “por los crímenes de lesa humanidad cometidos en contra del pueblo palestino en la Franja de Gaza”. Ese día, la Cancillería exigió el cese de los ataques contra la población palestina y calificó la ofensiva militar como “agresiva y desproporcionada”, en continuidad con una línea de política exterior favorable a la causa palestina.
Antes de la crisis de 2023, la relación bilateral ya registró interrupciones y reanudaciones. En 2009, Evo Morales cortó los vínculos por una ofensiva israelí sobre Gaza. Diez años después, en 2019, el Gobierno transitorio de Jeanine Áñez restableció los lazos, que permanecieron activos hasta la nueva ruptura de octubre de 2023 con Luis Arce. El acuerdo de 2025 representa otra restauración tras una secuencia de acercamientos y distancias sucesivas.
El escenario regional mostró posturas críticas ante la actuación israelí en Gaza. En 2023, Bolivia fue el primer país latinoamericano en cortar vínculos tras el ataque del 7 de octubre, mientras Chile y Colombia retiraron temporalmente a sus embajadores. Varias capitales vivieron manifestaciones en apoyo a la población palestina, y las discusiones internas incluyeron preocupaciones por la situación humanitaria y por las implicancias diplomáticas de cada decisión adoptada.
En la fase previa al acuerdo, la diplomacia israelí aumentó contactos con gobiernos de la región y situó a América Latina como prioridad para los próximos años. Gideon Sa’ar describió 2026 como “el año de América Latina” y subrayó la intención de Israel de reconstruir y reforzar relaciones con varios países, incluidos aquellos con choques políticos por la guerra de Gaza. La reanudación con Bolivia aparece dentro de ese esfuerzo de mayor presencia en el continente.
Agenda de cooperación, reorientación externa y reacciones internas
El acuerdo suscrito contempla el restablecimiento pleno de los canales diplomáticos. Las partes abren la opción de reabrir embajadas o designar embajadores concurrentes, reactivar mecanismos de diálogo político y retomar la cooperación en ámbitos específicos. Entre las áreas señaladas figuran la agricultura, la gestión del agua, la salud, la innovación tecnológica y la seguridad, con antecedentes de programas israelíes en la región y con interés boliviano por asistencia técnica y proyectos conjuntos.
La normalización también se vincula a la voluntad del nuevo Gobierno boliviano de modificar su orientación frente a aliados extrarregionales. Informaciones recientes describen una búsqueda de redefinición de los vínculos con Irán, Rusia y Venezuela, y un acercamiento a socios occidentales y a economías con capacidad de inversión y transferencia tecnológica. En ese contexto, el entendimiento con Israel se interpreta en La Paz como parte de una reorganización más amplia de las alianzas internacionales.
Las reacciones internas incluyeron pronunciamientos de figuras con roles en etapas anteriores del vínculo bilateral. El expresidente Evo Morales rechazó el restablecimiento y reiteró su respaldo a la causa palestina. Voces cercanas al Gobierno destacaron la conveniencia de diversificar relaciones exteriores y aprovechar oportunidades de cooperación económica y tecnológica, al tiempo que sostienen la posición tradicional de Bolivia en favor de una salida negociada al conflicto palestino-israelí.
En términos jurídicos y diplomáticos, la reanudación implica reactivar instrumentos bilaterales que quedaron en suspenso tras la decisión de 2023 y abrir negociaciones para nuevos acuerdos de interés mutuo. A partir de la firma, se habilitan consultas políticas periódicas, coordinación de posiciones en organismos multilaterales y reconstrucción de intercambios en comercio, turismo, educación y cooperación técnica. El alcance final dependerá de las decisiones que adopten ambos gobiernos en los meses posteriores al anuncio.
