Un alto funcionario político israelí afirmó el viernes que la administración Biden no está interfiriendo en los asuntos de Israel de manera más significativa que las administraciones anteriores. Sin embargo, en declaraciones a los periodistas israelíes, el funcionario sugirió que la afirmación de la administración Biden es cuestionable, y expresó su descontento por lo que percibe como intentos por parte de EE. UU. de influir en la política interna israelí.
El funcionario añadió que en el pasado ha habido intentos más flagrantes de injerencia en la política israelí, citando el caso de Bill Clinton, quien, según el funcionario, intentó derrocar al primer ministro. El funcionario sugirió que la supuesta injerencia actual de EE. UU. en los asuntos de Israel, particularmente en la tentativa de apartar a Benjamin Netanyahu del poder en dos ocasiones, sigue siendo preocupante para el gobierno israelí.
Sin invitación a la Casa Blanca
A pesar de todo, el funcionario destacó que se les ha dejado claro que hasta que no se calmen los asuntos internos de Israel, no habrá invitación para el primer ministro a la Casa Blanca.
La tensión entre ambos países aumentó cuando el Departamento de Estado convocó al embajador de Israel en EE. UU., Michael Herzog, para una reunión.
“Aliados estrechos”

No obstante, el Coordinador de Comunicaciones Estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, subrayó el miércoles que Israel y Estados Unidos siguen siendo estrechos aliados. “Israel sigue siendo un aliado fuerte y un amigo profundo en la región, yo diría que incluso en todo el mundo”, dijo Kirby a los periodistas.
“No hay crisis”
Un funcionario del Departamento de Estado también rechazó las afirmaciones de una crisis en la relación entre ambos países. El funcionario destacó que hay diferencias de opinión sobre algunas cuestiones y que estas se están resolviendo a distintos niveles, como se ha hecho en el pasado.
No hay conflicto de intereses

En respuesta a las críticas del Fiscal General, Gali Baharav-Miara, quien arremetió contra el primer ministro Benjamin Netanyahu por su discurso en el que prometió desempeñar un papel más importante en el plan de reforma judicial, el funcionario israelí aclaró que el primer ministro no está en riesgo de ningún conflicto de intereses.
Añadió que Netanyahu está buscando cualquier manera de resolver la cuestión, y que si tuviera alguna pista, sabría cómo continuar.