El parlamento holandés aprobó el jueves una resolución instando al gobierno a explorar posibles sanciones contra Israel si sigue adelante con sus planes de aplicar su soberanía en partes de Judea y Samaria.
La resolución pide al Ministro de Asuntos Exteriores del país que “identifique las opciones de medidas posibles a tomar si Israel procede a la anexión de territorio palestino”.
Pasó de 87 a 63 sin abstenciones. El Partido Popular para la Libertad – la lista del Primer Ministro Mark Rutte y el Ministro de Relaciones Exteriores Stef Blok – se opuso a la resolución no por el fondo, sino por el “tiempo”, dijeron los funcionarios, señalando que era demasiado pronto para una resolución de este tipo, dado que Israel aún no había decidido si procedería con el plan de soberanía y cómo lo haría.
La moción no vinculante calificaba la soberanía israelí como una “violación grave del derecho internacional” y señalaba que los Países Bajos habían “adoptado en el pasado medidas contra los países que violan el derecho internacional”.
Se espera que el Bundestag alemán discuta también una resolución que condene el plan de anexión de Jerusalén, aunque todavía no se ha presentado ningún proyecto y no está claro si la moción obtendría una mayoría. La mayoría de los legisladores alemanes, aunque no todos, se oponen a la soberanía israelí, pero es poco probable que pidan sanciones contra el Estado judío.
A principios del martes, el jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, insinuó posibles sanciones punitivas contra Israel como respuesta al plan de soberanía israelí.
“Hay un fuerte vínculo entre Israel y Europa y queremos fortalecer este vínculo y profundizar aún más nuestras relaciones, no ver que se retracten”, escribió en un artículo de opinión publicado por dos periódicos israelíes. “Sin embargo, esto es lo que inevitablemente sucederá si la anexión unilateral sigue adelante”, añadió.
El viernes, el parlamento belga aprobó por abrumadora mayoría una resolución que insta a Bruselas a actuar para evitar que Israel aplique su soberanía en partes de Judea y Samaria, y a abogar activamente por medidas punitivas a nivel europeo contra Jerusalén si sigue adelante con su controvertido plan.
La moción instaba al gobierno de la Primera Ministra Sophie Wilmès a “tomar la iniciativa con terceros países, a nivel europeo y multilateral, para impedir la anexión [por parte] de Israel de los territorios palestinos, o de partes de ellos”.
En la resolución se pide además a Bruselas que desempeñe una función rectora en la formulación de una “lista de contramedidas eficaces encaminadas a responder de manera proporcional a cualquier anexión israelí del territorio palestino ocupado”.
Fue aprobado con 101 votos a favor y 39 abstenciones. Nadie votó en contra.
También la semana pasada, más de mil legisladores de toda Europa firmaron una declaración contra el plan de soberanía de Israel, instando a una acción decisiva para evitar el movimiento y medidas punitivas si sigue adelante.
“Nosotros, parlamentarios de toda Europa comprometidos con un orden mundial basado en reglas, compartimos serias preocupaciones sobre el plan del presidente [estadounidense] [Donald] Trump para el conflicto israelí-palestino y la inminente perspectiva de la anexión israelí del territorio de Judea y Samaria. Estamos profundamente preocupados por el precedente que esto sentaría para las relaciones internacionales en general”, decía la declaración.
El plan de paz de EE.UU., que constituye la base del plan del primer ministro Benjamín Netanyahu para aplicar la soberanía israelí en todo el Valle del Jordán y todos los poblados en Judea y Samaria – que ascienden a alrededor del 30 por ciento del territorio – a partir del 1 de julio, “se aparta de los parámetros y principios acordados internacionalmente”, añadió la declaración.
La soberanía israelí sería “fatal para las perspectivas de paz entre Israel y Palestina y desafiará las normas más básicas que guían las relaciones internacionales”, prosiguió.
La declaración fue firmada por legisladores pertenecientes a partidos de todo el espectro político de 25 países, incluidos algunos considerados muy amigos de Israel, como Alemania y Hungría.
“Nos preocupan profundamente las repercusiones de la anexión en la vida de israelíes y palestinos, así como su potencial desestabilizador en una región situada a las puertas de nuestro continente”, decía.
A continuación, en la declaración se pedía a los dirigentes europeos que “actuaran con decisión en respuesta a este desafío”.