A pesar de las supuestas presiones del gobierno de Biden para que dé marcha atrás en algunas de sus exigencias, Líbano parece mantener su posición sobre el acuerdo marítimo propuesto con Israel.
Un funcionario de Líbano dijo el viernes al mediador estadounidense Amos Hochstein que “Líbano no tiene intención de dar marcha atrás en sus palabras” sobre el acuerdo marítimo, según el diario Al-Akhbar, afiliado a Hezbolá.
El funcionario libanés, no identificado, continuó: “Depende de EE. UU. mantener su palabra y manejar la cuestión de Israel”.
A pesar de los indicios de que el acuerdo estuvo a punto de alcanzarse a principios de esta semana, desde entonces ha parecido estancarse, ya que los negociadores libaneses insisten en unos ajustes que el primer ministro Yair Lapid ha rechazado.
Según la emisora pública Kan, Hochstein siguió manteniendo una comunicación directa con ambas partes mientras el gobierno de Biden presionaba al Líbano para que diera marcha atrás en algunas de sus exigencias.
Un funcionario israelí describió las iniciativas como un esfuerzo por reavivar las propias conversaciones en comentarios a la cadena.

Al-Akhbar informó el martes de que Beirut se negaba a reconocer como frontera internacional el límite marcado con boyas por Israel, que Jerusalén colocó unilateralmente a cinco kilómetros de la costa de la ciudad norteña de Rosh Hanikra en el año 2000. Los puntos concretos de controversia del acuerdo siguen sin confirmarse.
Según la fuente, Beirut se opone a la idea de definir una frontera terrestre como parte del acuerdo y cree que el tema solo debe discutirse con la ONU.
Nitzan Horowitz, ministro de Sanidad y miembro del gabinete de seguridad de alto nivel, subrayó el viernes que, a pesar de la falta de claridad en torno a un acuerdo, las actividades israelíes en los campos de gas continuarían.
“Israel está construyendo el campo de gas que está en su tierra… La producción comenzará lo antes posible, en el plazo establecido por las empresas de extracción. Desde nuestro punto de vista, no importa quién haga amenazas o participe en otras formas de intimidación”, dijo Horowitz a Kan.
Expresó su optimismo de que se llegue pronto a un acuerdo, afirmando que hay una “posibilidad” de que se firme antes de las elecciones de Israel del 1 de noviembre. Los grandes intereses políticos en ambos países, según Horowitz, “aumentan la probabilidad [de un acuerdo] en un futuro muy cercano”.

Después de discutir la situación con el jefe militar Aviv Kohavi el jueves, el ministro de defensa Benny Gantz puso en alerta al personal de las FDI mientras el acuerdo marítimo se estancaba.
Según un comunicado de la oficina de Gantz, “el ministro de defensa autorizó a las FDI a prepararse para un escenario de escalada en el norte, tanto ofensiva como defensivamente, dada la evolución de las negociaciones sobre la frontera marítima”.