El lunes por la noche el primer ministro Benjamin Netanyahu habló por teléfono con el secretario de Estado de Estados Unidos Mike Pompeo y le agradeció que se pusiera al lado de Israel, en favor de la verdad y la justicia, ante la decisión del fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) de investigar a Israel por presuntos “crímenes de guerra”.
Pompeo condenó la decisión del fiscal y el viernes pasado tuiteó: “Hoy, el fiscal de la CPI planteó serias preguntas sobre la jurisdicción de la CPI para investigar a Israel. Israel no es un Estado parte de la CPI. Nos oponemos firmemente a esta injustificada investigación que apunta injustamente a Israel. El camino hacia una paz duradera es a través de negociaciones directas”.
La fiscal, Fatou Bensouda, dijo el viernes que está “convencida de que existe una base razonable para proceder a una investigación sobre la situación en Palestina” e instó a los jueces a que se pronuncien sobre la jurisdicción del tribunal “sin demoras indebidas”.
Bensouda añadió, sin embargo, que no necesitaba ninguna autorización de los jueces para abrir una investigación, ya que había habido una remisión de la Autoridad Palestina, que se incorporó al tribunal en 2015 y desde entonces ha presentado una serie de denuncias legales contra Israel.
El lunes pasado, Netanyahu volvió a denunciar la decisión de la fiscal de investigar a Israel y la calificó de “puro antisemitismo”.
“El reclamo de la Corte Penal Internacional de que los judíos no tienen derecho a vivir en la patria del pueblo judío es puro antisemitismo. También lo es la afirmación de que los judíos no tienen derecho a defenderse de aquellos que buscan su destrucción”, dijo Netanyahu.
“Al celebrar el Jánuca, la Corte Penal Internacional dicta decretos tan antisemitas como los del Imperio Seléucida contra los macabeos. Ganamos en aquel entonces y ganaremos ahora”, agregó.