Benjamin Netanyahu mantuvo una conversación telefónica con Emmanuel Macron tras el anuncio del presidente francés sobre su intención de reconocer un Estado palestino y su reciente reunión con Mahmud Abbas para abordar ese objetivo.
La conversación ocurre en un contexto marcado por las recientes declaraciones de Yair Netanyahu, hijo del primer ministro, en respuesta a la publicación de Macron que defendía la creación de un Estado palestino.
En un comunicado, la Oficina del primer ministro informó que Netanyahu manifestó su firme oposición a esa iniciativa, calificándola como “un enorme premio para el terrorismo”.
Además, Netanyahu recordó que ninguna entidad palestina, incluida la Autoridad Palestina, ha condenado la masacre del 7 de octubre. Señaló que en los territorios bajo su control se adoctrina a los niños para destruir Israel y se otorgan recompensas económicas a quienes asesinan judíos.
Netanyahu también advirtió a Macron sobre el peligro que representa un Estado palestino ubicado a pocos minutos de ciudades israelíes, al que describió como un potencial bastión del terrorismo iraní. Afirmó que la mayoría de los israelíes rechaza esa posibilidad y subrayó que su postura ha sido constante.
Emmanuel Macron escribió en X la semana pasada que “la postura de Francia es clara: Sí a la paz. Sí a la seguridad de Israel. Sí a un Estado palestino sin Hamás”.
Yair Netanyahu respondió: “¡Que se jodan! ¡Sí a la independencia de Nueva Caledonia! ¡Sí a la independencia de la Polinesia Francesa! ¡Sí a la independencia de Córcega! ¡Sí a la independencia del País Vasco! ¡Sí a la independencia de Guinea Francesa! ¡Alto al neoimperialismo de Francia en África Occidental!”.
Netanyahu expresó su respaldo a su hijo y lo describió como un verdadero sionista preocupado por el futuro del país. Sin embargo, matizó que el tono de su comentario respecto a Macron resultó inaceptable. Reprochó al presidente francés por seguir promoviendo la creación de un Estado palestino en lo que considera el corazón de la tierra de Israel, cuyo objetivo —según sus palabras— es destruir el Estado judío.
Subrayó que ni Hamás ni la Autoridad Palestina han condenado las atrocidades del 7 de octubre, a las que calificó como la peor masacre de judíos desde el Holocausto. Aseguró que Israel no arriesgará su existencia por ilusiones ajenas a la realidad y rechazó recibir lecciones morales de un país que niega la independencia a sus propios territorios, pese a que ninguno de ellos representa una amenaza existencial para Francia.