Arabia Saudita ha pedido a Estados Unidos que dé luz verde al desarrollo de un programa nuclear civil a cambio de que el reino normalice sus relaciones con Israel, según declaró el jueves un alto diplomático de Oriente Próximo.
El programa nuclear civil es una de las varias demandas que Riad ha presentado en conversaciones con la administración Biden durante el último año, dijo el diplomático, confirmando un informe de The Wall Street Journal al tiempo que aclaró que tal acuerdo sigue siendo “muy lejano”.
El alto diplomático dijo que, aunque Washington está interesado en negociar un acuerdo de normalización, Riad no se apresura a firmarlo, reconociendo la oposición del Congreso a las demandas saudíes de una cooperación más estrecha en materia de defensa estadounidense. El diplomático también señaló la intensificación de la violencia palestina desde que el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu asumió el poder a finales de diciembre, lo que ha hecho que un acuerdo de este tipo con Jerusalén sea menos aceptable en Arabia Saudita y en el mundo musulmán en general.
Dados los temores de la administración Biden de que un programa nuclear saudí pueda acelerar aún más una carrera armamentística nuclear regional, Riad ha sugerido desarrollarlo en plena cooperación con EE. UU. y aceptar la supervisión y las inspecciones estadounidenses, dijo el diplomático, si bien reconoció que a Washington aún no le ha convencido la idea.
Para complicar aún más las cosas, Arabia Saudita también está condicionando un acuerdo de normalización con Israel a una ampliación significativa de los lazos en materia de defensa con Estados Unidos, incluido un sistema de garantías que impida a futuras administraciones retirarse de los acuerdos sobre armamento ya firmados, según el diplomático.
No obstante, el diplomático especuló con la posibilidad de que se planteara una exigencia relacionada con Palestina hacia el final de las negociaciones.
Funcionarios saudíes han declarado públicamente en repetidas ocasiones que no normalizarán sus relaciones con Israel hasta que se establezca un “Estado palestino”, algo a lo que el actual gobierno de Netanyahu se opone con vehemencia.
El reino del Golfo también ha emitido una serie de condenas contra el gobierno israelí en los últimos meses, entre ellas por la visita del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, al Monte del Templo, un punto conflictivo, una serie de incursiones antiterroristas de las FDI en Judea y Samaria, así como la legalización de los poblados de Judea y Samaria.
Aunque Riad ha intervenido periódicamente en el conflicto árabe-israelí en el pasado, la frecuencia e intensidad de las condenas desde que se formó el último gobierno de Netanyahu no tienen precedentes en la memoria reciente, lo que indica aún más que un acuerdo de normalización sigue estando lejos.
Los analistas también han especulado con la posibilidad de que no se llegue a un acuerdo en vida del rey saudí Salman. Este anciano enfermo de 87 años es considerado desde hace mucho tiempo un incondicional de la “causa palestina”. Sin embargo, su hijo, el príncipe heredero saudí Mohamed bin Salman, se ha mostrado más dispuesto a llegar a un acuerdo de este tipo, en gran parte debido a su deseo de impulsar la cooperación contra Irán.
El año pasado, Arabia Saudita accedió a abrir sus cielos a los aviones israelíes en una medida que la administración Biden calificó de primer paso hacia la normalización con Israel, aunque Riad rechazó rápidamente la idea de que esa medida fuera precursora de otras.
Un funcionario familiarizado con el asunto declaró a The Times of Israel que un acuerdo de normalización sería más probable bajo una administración republicana, ya que Riad cree que podrá conseguir más de lo que conseguiría bajo un presidente demócrata.
Pero la oposición en el Capitolio a estrechar lazos con Riad se ha extendido a ambos partidos, debido al historial de Arabia Saudita en materia de derechos humanos y a sus políticas energéticas, y muchos echaron humo el año pasado por los recortes en la producción de petróleo.