En Antalya, el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, manifestó a periodistas su inquietud por la situación humanitaria en Gaza, donde el bloqueo israelí de ayuda persiste desde hace casi dos meses y medio. Confirmó una conversación con el primer ministro Benjamin Netanyahu en la mañana, aunque no aclaró si abordaron este tema.
El Departamento de Estado omitió mencionar la crisis en su informe posterior sobre la llamada. Rubio destacó que EE. UU. no ignora el sufrimiento de los gazatíes, privados de ayuda humanitaria desde el 1 de marzo.
Las declaraciones del diplomático estadounidense evitaron críticas directas a Israel, pero sugirieron cierta incomodidad. Esto contrasta con la postura previa de funcionarios de Trump, quienes atribuían la crisis exclusivamente a Hamás.
Rubio reconoció las críticas contra una nueva fundación respaldada por Israel y EE. UU., cuya propuesta para distribuir ayuda en Gaza ha generado rechazo entre organizaciones humanitarias por considerarla insuficiente.
El secretario de Estado expresó apertura a explorar otras iniciativas, en un aparente cuestionamiento a la Fundación Humanitaria de Gaza. Esta entidad anunció ayer su plan para iniciar operaciones en la Franja a finales de mes.
Rubio reveló que Israel aceptó permitir, de forma provisional, el ingreso de ayuda a Gaza mediante los canales existentes, aunque Jerusalén no ha confirmado esta decisión.
El informe de EE. UU. sobre la llamada con Netanyahu reiteró el compromiso de Washington con la seguridad de Israel. Además, detalló que ambos líderes abordaron la reciente reunión entre el presidente Donald Trump y el presidente sirio Ahmed al-Sharaa, tras el anuncio de Trump sobre la eliminación de sanciones a Damasco.