Gideon Sa’ar, ministro de Asuntos Exteriores, declaró que las amenazas de sanciones de Dinamarca contra Israel no tendrán impacto alguno y calificó de insulto al sistema democrático israelí las críticas de la primera ministra danesa Mette Frederiksen contra Benjamin Netanyahu. Sa’ar sostuvo que un primer ministro electo democráticamente no puede considerarse “un problema”, en respuesta a las declaraciones de Frederiksen publicadas por el diario Jyllands-Posten.
Frederiksen había mencionado los enfrentamientos en Judea y Samaria, la ofensiva militar en Gaza y el rechazo del gobierno israelí a la solución de dos Estados. Añadió que, como presidenta rotativa de la Unión Europea, Dinamarca podría intensificar la presión sobre Israel mediante sanciones contra Netanyahu, otros miembros del gobierno, judíos de Judea o proyectos de cooperación comercial y científica.
Sa’ar afirmó que la presión externa no modificará la política israelí ni sus decisiones de seguridad nacional. Aseguró que Israel está acostumbrado a enfrentar presiones y no permitirá injerencias. Señaló que ceder ante exigencias externas resultaría perjudicial para Israel y dañaría intereses europeos. Destacó que las discrepancias entre aliados son aceptables, pero calificó de ofensivo señalar a un dirigente elegido como un obstáculo político.
El ministro indicó que Israel escucha a sus aliados y que ha dialogado con su homólogo danés sobre la situación humanitaria en Gaza. Precisó que se han adoptado medidas significativas en ese ámbito en los últimos meses, aunque aclaró que las críticas no influirán en cuestiones de seguridad relacionadas con la guerra. Recordó que, según expertos militares, la evaluación de bajas civiles debe considerar el número de terroristas neutralizados.
Sa’ar sostuvo que Israel enfrenta a un estado terrorista y que solo existen dos opciones: rendirse al terrorismo o combatirlo. Reafirmó que las decisiones en materia de defensa seguirán siendo independientes y agregó que Israel valora que Dinamarca no haya reconocido un Estado palestino, a diferencia de otros países occidentales.