El consejo de soberanía y el gabinete gobernante de Sudán votaron oficialmente el lunes la anulación de la llamada ley de boicot a Israel como parte de los esfuerzos de normalización entre Jartum y Jerusalén.
La decisión de anular la ley de 1958 fue confirmada a principios de este mes por la oficina del primer ministro sudanés, que dijo que los ministros también afirmaron el apoyo de Sudán a la creación de un Estado palestino como parte de una solución de dos Estados.
El ministro de Justicia sudanés, Nasredeen Abdulbari, confirmó la decisión de eliminar finalmente la ley de los libros, tras una sesión conjunta entre el consejo de soberanía gobernante y el gabinete el lunes.
La legislación había prohibido el establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel y prohibía cualquier vínculo comercial con el Estado judío. Las penas para quienes infringieran sus estipulaciones, como comerciar con israelíes, incluían hasta 10 años de prisión y una cuantiosa multa.
En enero, Sudán firmó los Acuerdos de Abraham con Estados Unidos, allanando el camino para que el país africano normalizara sus vínculos con Israel.
La firma se produjo poco más de dos meses después de que el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara que Sudán empezaría a normalizar sus lazos con Israel.
Antes de Sudán, la administración Trump tramitó pactos diplomáticos a finales del año pasado entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos y entre Israel y Bahréin. Marruecos también restableció sus relaciones diplomáticas con Israel tras cortarlas en el año 2000 en solidaridad con los palestinos durante la Segunda Intifada.
Los acuerdos también han contribuido al aislamiento y al debilitamiento de la posición palestina, al erosionar el antiguo consenso árabe de que el reconocimiento de Israel solo debe darse a cambio de concesiones en el proceso de paz.
Sudán se encuentra en un frágil camino hacia la democracia después de que un levantamiento popular llevara a los militares a derrocar al veterano dictador Omar al-Bashir en abril de 2019. El país está ahora gobernado por un gobierno conjunto de militares y civiles que busca mejores vínculos con Washington y Occidente.
En diciembre, la administración de Trump finalizó la eliminación de Sudán de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo de Estados Unidos. La medida fue un incentivo clave para que el gobierno de Jartum normalizara las relaciones con Israel.
La economía de Sudán había sufrido décadas de sanciones estadounidenses y de mala gestión bajo el mandato de al-Bashir, que gobernaba el país desde un golpe militar respaldado por los islamistas en 1989.
La designación se remonta a la década de 1990, cuando Sudán acogió brevemente al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, y a otros terroristas buscados. También se cree que Sudán ha servido de conducto para que Irán suministre armas a los terroristas palestinos de la Franja de Gaza.