La administración del presidente estadounidense Donald Trump mantiene conversaciones con Azerbaiyán para evaluar su incorporación a los Acuerdos de Abraham, junto con posibles adhesiones de aliados en Asia Central, con el objetivo de reforzar las relaciones con Israel. Cinco fuentes familiarizadas con las discusiones confirmaron esta iniciativa, que se enmarca en un esfuerzo diplomático más amplio impulsado desde Washington.
Los Acuerdos de Abraham, establecidos en 2020 y 2021 durante la primera presidencia de Trump, facilitaron la normalización de relaciones diplomáticas entre Israel y cuatro países de mayoría musulmana. En contraste, Azerbaiyán y los Estados centroasiáticos ya mantienen vínculos diplomáticos consolidados con Israel, por lo que su eventual adhesión tendría un carácter más formal que sustantivo, con énfasis en el fortalecimiento de la cooperación económica y militar, según las mismas fuentes.
La inclusión de Azerbaiyán reflejaría un giro estratégico hacia acuerdos menos ambiciosos, frente al objetivo aún pendiente de establecer relaciones diplomáticas entre Israel y Arabia Saudita. Este último país ha condicionado cualquier reconocimiento a avances concretos hacia un Estado palestino, mientras la ofensiva israelí sobre Gaza continúa y genera presión regional por el aumento de víctimas y el deterioro de la situación humanitaria.
Más de 60.000 personas han muerto en Gaza, de acuerdo con datos no verificados del Ministerio de Salud controlado por Hamás, que no distingue entre civiles y combatientes. La escalada ha provocado la reacción de varios países occidentales. Canadá, Francia y Reino Unido han anunciado su intención de reconocer un Estado palestino independiente en respuesta al conflicto.
Una condición adicional que evalúa la Casa Blanca es la resolución de la guerra entre Azerbaiyán y Armenia. Tres fuentes indicaron que la firma de un tratado de paz bilateral es vista como un paso previo necesario para la adhesión de Azerbaiyán a los acuerdos promovidos por Estados Unidos. Las tensiones entre ambos países del Cáucaso continúan influyendo en el ritmo de las negociaciones.
El 10 de julio de 2025, el presidente azerbaiyano Ilham Aliyev y el primer ministro armenio Nikol Pashinyan se reunieron en Abu Dhabi. Fuentes cercanas al proceso señalaron que, aunque la administración Trump ha planteado públicamente la expansión de los acuerdos a otros países, las conversaciones con Azerbaiyán se encuentran en una fase avanzada. Dos fuentes afirmaron que podría alcanzarse un acuerdo en los próximos meses o semanas.
En marzo, el enviado especial de Trump para misiones de paz, Steve Witkoff, visitó Bakú para reunirse con Aliyev. Posteriormente, Aryeh Lightstone, asesor de Witkoff, sostuvo un segundo encuentro con el mandatario en primavera, centrado en las condiciones para una posible adhesión de Azerbaiyán a los acuerdos. Tres fuentes confirmaron que ambos encuentros trataron directamente este asunto.
Los funcionarios azerbaiyanos contactaron a representantes de países de Asia Central, incluido Kazajistán, para evaluar su disposición a sumarse a los Acuerdos de Abraham. Las fuentes no especificaron qué otras naciones de la región, como Uzbekistán, Turkmenistán, Tayikistán o Kirguistán, participaron en estas conversaciones preliminares.
Consultado al respecto, el Departamento de Estado evitó mencionar países concretos, aunque confirmó que la expansión de los acuerdos sigue siendo un objetivo de la política exterior del presidente Trump. “Estamos trabajando para que más países se unan”, declaró un funcionario estadounidense. Las autoridades de Azerbaiyán declinaron formular comentarios.
Tampoco respondieron a las solicitudes de información la Casa Blanca, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel ni la embajada de Kazajistán en Washington. Un eventual acuerdo con Azerbaiyán no modificaría los términos de los pactos firmados previamente por Israel con otros Estados.
Los acuerdos originales incluyeron a Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Marruecos y Sudán, con un enfoque en el restablecimiento de relaciones diplomáticas. La fase actual de negociaciones apunta a emplear el marco de los Acuerdos de Abraham como instrumento para ampliar la influencia regional de Estados Unidos e Israel.
Azerbaiyán, situado entre Rusia e Irán, constituye un corredor estratégico entre Asia Central y Occidente. La región cuenta con vastos recursos energéticos, como petróleo y gas, lo que ha generado el interés de diversas potencias en su control e influencia. En ese contexto, una incorporación de Azerbaiyán podría consolidar alianzas preexistentes, según los analistas consultados.
En diciembre de 2016, el entonces presidente de Kazajistán, Nursultan Nazarbayev, recibió al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en Astana. Dos fuentes caracterizaron las conversaciones con países de Asia Central como incipientes, mientras que las negociaciones con Azerbaiyán se describieron como estructuradas y en progreso.
No obstante, las dificultades persisten. Las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán siguen marcadas por la guerra de Nagorno-Karabaj. Tras la independencia de ambos países de la Unión Soviética en 1991, el enclave se separó de Azerbaiyán con apoyo de Armenia. En 2023, Azerbaiyán retomó el control del territorio, lo que causó la huida de cerca de 100.000 armenios étnicos a Armenia.
Desde ese episodio, ambos gobiernos han manifestado su intención de formalizar el fin de la guerra mediante un tratado. La administración Trump evalúa con cautela los vínculos entre Armenia y Estados Unidos, dado su carácter cristiano, y evita acciones que puedan alterar esa relación bilateral. Sin embargo, funcionarios estadounidenses, incluido el secretario de Estado Marco Rubio y el propio Trump, expresaron optimismo ante un posible acuerdo.
“Armenia y Azerbaiyán, hicimos magia allí”, declaró Trump a la prensa a comienzos de julio. “Y está bastante cerca”.