El debate sobre la reducción de emisiones y el camino a seguir por las empresas petroleras pasó a un nivel completamente nuevo desde que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) publicó el mes pasado el informe que sugiere que no se necesitarán nuevas inversiones en petróleo y gas si el mundo quiere alcanzar las emisiones netas cero en 2050.
Los ecologistas y los accionistas activistas intensificaron la presión sobre las grandes empresas petroleras públicas para que adaptaran sus negocios a un escenario de emisiones netas cero, mientras que algunas de las grandes empresas internacionales reconocieron que tienen un papel que desempeñar en la transición energética.
Pero los líderes del grupo OPEP+, Arabia Saudita y Rusia, seguirán invirtiendo en petróleo y gas porque, dicen, el mundo seguirá necesitando esos recursos durante décadas, a pesar de la creciente presión contra los combustibles fósiles y la inversión en nuevos suministros.
Según los analistas y los altos ejecutivos de las grandes petroleras, como Patrick Pouyanné, de TotalEnergies, la escasez crónica de inversiones en el suministro de petróleo y gas mientras maduran los yacimientos operativos provocaría una escasez de oferta y un aumento de los precios del petróleo en el futuro.
Mientras que las grandes petroleras internacionales se mostraron algo más contenidas en sus opiniones sobre el informe de la AIE -las que lo comentaron de todos modos-, Arabia Saudita y Rusia no se anduvieron con rodeos y dijeron abiertamente que la sugerencia de no realizar nunca nuevas inversiones en petróleo y gas es “poco realista”, “simplista” y sacada de un guión de “La La Land”.
El director general de BP, Bernard Looney, escribió que las previsiones de inversiones mucho más bajas en petróleo y gas eran “en muchos sentidos coherentes con nuestro enfoque: reducir nuestra producción de petróleo y gas en un 40% en la próxima década”. El consejero delegado de Eni, Claudio Descalzi, comentó en el post de Looney que “nos encontramos en un punto de inflexión histórico, en el que cada uno de nosotros debe desempeñar un papel activo”.
Sin embargo, el ministro de Energía saudí, el príncipe Abdulaziz bin Salman, criticó duramente el informe diciendo que era “una secuela de la película La La Land. ¿Por qué debería tomarlo en serio?”.
En Rusia, el director ejecutivo del mayor productor de petróleo ruso, Rosneft, controlado por el Estado, advirtió que la falta de inversión en petróleo está preparando el terreno para un grave déficit de suministro.
“La estabilidad a largo plazo del suministro de petróleo está en peligro debido a la falta de inversión. Esto se debe tanto a las exigencias de los distintos actores de cesar completamente las inversiones en el sector petrolero como a las aspiraciones de las grandes empresas de aumentar el valor y el rendimiento de los accionistas mediante un mayor reparto de dividendos y la recompra de acciones”, declaró el sábado el director general de Rosneft, Igor Sechin, en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo.
“El mundo corre el riesgo de enfrentarse a un agudo déficit de petróleo y gas”, añadió Sechin, señalando que “el mundo consume petróleo, pero no está dispuesto a invertir en él”.
Sechin advirtió contra una transición apresurada sin tener en cuenta la eficiencia económica de la energía verde y dijo que el mundo debería “evitar centrarse solo en la generación alternativa”.
Al margen del mismo foro, el principal negociador de la política petrolera rusa, el viceprimer ministro Alexander Novak, declaró a la CNBC que el informe de la AIE utilizaba un “enfoque simplista” y era “poco realista”.
“No hay duda de que tenemos que avanzar en la energía verde y hacia la agenda verde, ya que hay demanda de ello en la sociedad, pero tenemos que tener claro con qué recursos se puede hacer esto, quién va a pagar por ello, qué tecnologías y oportunidades tenemos a nuestra disposición, incluso para resolver los problemas pendientes que aún esperan su solución”, dijo Novak.
Rusia seguirá invirtiendo en petróleo, gas y carbón, junto con las inversiones en energías renovables, señaló, y añadió: “por lo que vemos la próxima década con una mezcla de energías renovables y combustibles fósiles”.
Rusia, al igual que Arabia Saudita, tiene de hecho muy poco interés en alejarse de las inversiones en combustibles fósiles, ya que ellos y sus empresas petroleras estatales podrían ser los grandes ganadores del actual activismo climático contra las compañías petroleras internacionales, que se enfrentan a la creciente revuelta de los accionistas activistas por “mantenerlo bajo tierra”.
Arabia Saudota está “produciendo petróleo y gas a bajo coste y produciendo energías renovables. Insto al mundo a que acepte esto como una realidad: que vamos a ser ganadores de todas estas actividades”, dijo la semana pasada el príncipe saudí Abdulaziz bin Salman.