Saudi Aramco, controlada por el Estado, ha reanudado los trabajos de desarrollo de tres proyectos de expansión de crudo en alta mar que proporcionarán 1,15 millones de b/d adicionales de capacidad para 2024. La empresa retrasó los proyectos el año pasado tras frenar su gasto de capital en respuesta a la drástica caída de los ingresos provocada por la crisis de la demanda de petróleo provocada por la pandemia de Covid-19.
Aramco ha convocado una licitación para aumentar la capacidad del yacimiento marino de Zuluf, de 825.000 b/d, en 600.000 b/d, según un contratista con conocimiento del proyecto. La ampliación de Zuluf estaba prevista inicialmente para principios de 2023, pero ahora se espera que entre en funcionamiento a finales de 2023 o principios de 2024. Mientras tanto, a finales de marzo se reanudaron las obras en el yacimiento marino de Marjan, de 400.000 b/d, cuya capacidad se incrementará en 300.000 b/d, también para finales de 2023. La capacidad del yacimiento marino de Berri, de 300.000 b/d, aumentará en 250.000 b/d en el mismo plazo.
Aramco había dicho inicialmente que los tres proyectos de expansión servirían para mantener su capacidad global de producción de crudo en 12 millones de b/d, en lugar de proporcionar un aumento neto de la capacidad. Desde entonces, el gobierno saudí ha dado instrucciones a la empresa para que aumente su capacidad a 13 millones de b/d.
Los contratistas de ingeniería han expresado su sorpresa por el hecho de que se aceleren las obras de ampliación en alta mar, mientras que el proyecto de gas no convencional de Jafura en tierra firme sigue en suspenso, a pesar de los anuncios oficiales de que sigue adelante. El proyecto de Jafura debe entrar en funcionamiento en 2024.