Un petrolero argelino partió el jueves con rumbo al Líbano, transportando 30,000 toneladas de combustible destinadas a reactivar las turbinas en un país que atraviesa una grave crisis energética y económica, según informó la agencia de noticias oficial de Argelia. Este envío busca aliviar la escasez de energía en el Líbano, que lleva años sumido en una profunda crisis económica y enfrenta apagones constantes.
Desde octubre, el sur del Líbano ha sido escenario de enfrentamientos entre el grupo terrorista Hezbolá, respaldado por Irán, y fuerzas israelíes, lo que ha agravado aún más la situación en un país que lleva años sin una dirección política clara y cuya economía colapsó hace cinco años.
El primer ministro de Argelia, Nadir Larbaoui, mantuvo una conversación telefónica con su homólogo libanés, el primer ministro interino Najib Mikati. Durante la llamada, Larbaoui le informó sobre la decisión del presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, de apoyar al “hermano Líbano” proporcionando de inmediato combustible para reactivar la central eléctrica y restablecer el suministro de electricidad, según reportó la agencia oficial argelina APS.
Se espera que este sea el primero de varios envíos de combustible, aunque aún no se han revelado detalles sobre futuros despachos.
El presidente Tebboune tomó la decisión de asistir al Líbano después de que la compañía eléctrica estatal libanesa anunciara el sábado que sus turbinas se detendrían por falta de combustible. Los habitantes del Líbano dependen en gran medida de pequeños generadores eléctricos privados, ya que los cortes de electricidad, que pueden durar casi un día entero, son parte de la rutina diaria.
Argelia, miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), se suma así a los esfuerzos de ayuda hacia el Líbano. Irak, otro miembro de la OPEP, anunció en agosto de 2022 que había renovado un acuerdo de un año para suministrar al Líbano un millón de toneladas de combustible a cambio de servicios en especie. Ese acuerdo inicial con Irak permitió que las centrales eléctricas libanesas produjeran entre una y dos horas de electricidad diarias.