Israel lanzó un ataque contra Hezbolá para evitar el lanzamiento de 6.000 cohetes y drones, costando unos 120 millones de dólares.
Israel ejecuta su mayor ataque desde octubre para frenar a Hezbolá
Israel lanzó esta mañana un ataque preventivo significativo contra Hezbolá, con el fin de impedir el lanzamiento de aproximadamente 6.000 cohetes y drones dirigidos hacia su territorio. El costo total de la operación, que involucró alrededor de 100 aviones de combate, ascendió a unos 120 millones de dólares. Este ataque constituye la acción militar más grande de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en el Líbano desde que comenzó la guerra en octubre pasado.
Una fuente de alto nivel de la industria de defensa israelí explicó a Globes que el costo del ataque se basa en el uso de aproximadamente 4.000 bombas de la serie Joint Direct Attack Munition (JDAM), que tienen un costo unitario de 25.000 dólares, sumando así 100 millones de dólares. Además, la operación de unos 100 aviones de combate durante seis horas implica un gasto adicional de 18 millones de dólares, y el uso de vehículos aéreos no tripulados por 12 horas agrega 1,08 millones de dólares. Estos costos no incluyen otros gastos necesarios, como el despliegue de las reservas militares.
Aunque la suma de 120 millones de dólares es significativa, se estima que el ataque evitó pérdidas mucho mayores. Hezbolá tenía como objetivo infraestructuras críticas israelíes, incluyendo la zona de Glilot, que alberga la sede del Mossad, y varias zonas civiles desde el norte hasta el centro del país. Evitar un ataque directo a estos lugares habría generado costos considerables para Israel, incluyendo la activación de sistemas de defensa aérea a gran escala.
Sistemas de defensa multicapa de Israel minimizan daños y aumentan costos
En un ataque anterior, ocurrido el 14 de abril, Irán lanzó una ofensiva masiva contra Israel, utilizando 185 drones, 110 misiles balísticos y 36 misiles de crucero. Sin embargo, gracias al complejo sistema de defensa aérea de Israel, solo el 1% de estos proyectiles alcanzó sus objetivos. Este sistema de defensa incluye el Arrow 2 y el Arrow 3 para interceptaciones de largo alcance, así como el Honda de David y la Cúpula de Hierro para amenazas de alcance medio y corto.
Los costos asociados a cada interceptación varían significativamente según el sistema utilizado. Por ejemplo, interceptar un cohete con el sistema Cúpula de Hierro tiene un costo de 30.000 dólares por misil, mientras que el Honda de David requiere 700.000 dólares por interceptación. En el caso de los misiles Arrow, el costo asciende a 1,5 millones de dólares para el Arrow 2 y a 2 millones para el Arrow 3. Estos gastos reflejan la complejidad y la tecnología avanzada de los sistemas de defensa aérea israelíes.
La constante amenaza de misiles y drones provenientes de Irán y sus aliados ha impulsado a Israel a mantener y mejorar continuamente sus capacidades de defensa. La inversión en sistemas de defensa multicapa no solo protege a los civiles y a las infraestructuras críticas, sino que también sirve como disuasión contra posibles ataques futuros, aumentando la seguridad nacional de Israel.
Irán avanza en tecnología de drones mientras Israel refuerza sus defensas
En la lucha por la supremacía tecnológica, Irán ha presentado avances notables en su capacidad de desarrollo de drones, destacando en la reciente exposición de defensa “Army 2024” en Moscú. Durante el evento, Irán reveló su nuevo dron de reconocimiento y ataque Bavar B1, diseñado para enfrentar tanto objetivos estáticos como móviles a corta distancia. Este dron tiene un peso máximo de despegue de siete kilogramos y puede llevar una carga útil de hasta dos kilogramos.
El Bavar B1 incorpora una ojiva capaz de contener 40 barras de metal o 200 fragmentos de 1,5 gramos cada uno, para maximizar su impacto en el objetivo. Está equipado con una cámara electroóptica y una batería extraíble. Teherán afirma que el montaje y despliegue de un Bavar pueden realizarse en tan solo cinco minutos, con capacidades de despegue y aterrizaje vertical, lo que permite su uso en ataques en enjambre con hasta diez drones operando simultáneamente.
Este tipo de avances tecnológicos muestra que Irán no se queda atrás en la carrera armamentística de la región. La capacidad de producción de drones y misiles por parte de Irán y sus aliados, como Hezbolá, sigue creciendo, obligando a Israel a continuar invirtiendo en su propia tecnología de defensa para mantener la superioridad en este ámbito crítico.
Competencia tecnológica y militar entre Israel e Irán sigue escalando
Según Rotem May-Tal, director ejecutivo de Asgard Systems, la competencia entre Israel e Irán se extiende más allá de los enfrentamientos directos y abarca también la rivalidad en el desarrollo de tecnologías de defensa. May-Tal resalta que esta competencia no solo implica la producción de sistemas de defensa en tiempo real, sino también la adquisición de tecnologías avanzadas por parte de Estados Unidos y otros aliados de Israel.
Por un lado, Israel cuenta con la capacidad de producción de sus industrias de defensa, además de las compras de equipos avanzados como los kits de conversión JDAM para sus aviones de combate. Por otro lado, Irán ha desarrollado una infraestructura de producción militar en diversos países, incluyendo Líbano, Yemen, Siria e Irak, donde mantiene talleres subterráneos y plantas de fabricación de drones y misiles.
En este contexto, la batalla entre los ataques preventivos israelíes y la continua producción de armamento por parte de Irán y sus aliados depende en gran medida de los recursos financieros. Mientras Israel se apoya en la ayuda económica de Estados Unidos, Irán utiliza sus propios recursos, incluyendo los ingresos del petróleo, para financiar su expansión militar y su capacidad de producción de armas.