El Banco de Israel decidió mantener la tasa de interés en 4.5%, citando un “alto nivel de incertidumbre geopolítica” tras los efectos de la guerra con Irán sobre la economía. “La incertidumbre geopolítica es alta y hay una amplia variedad de posibles desarrollos de seguridad”, indicó el banco central. Añadió que “la actividad económica se está recuperando después de una marcada disminución durante la operación militar contra Irán”.
El banco advirtió que si la guerra se intensifica y se prolonga, podrían continuar las restricciones de suministro que afectarían la recuperación económica, el crecimiento se moderaría y el déficit presupuestario junto con la inflación podrían aumentar. Antes de la decisión, la mayoría de los economistas esperaba que la institución adoptara un enfoque de espera para observar si los precios al consumidor continuaban moderándose antes de considerar un recorte de la tasa básica.
La inflación en Israel retrocedió al 3,1% en julio, frente al 3,3% de junio, aunque permanece por encima del rango objetivo anual del 1% al 3%. “La inflación en los últimos meses se ha caracterizado por una alta volatilidad”, indicó el banco. Señaló que existen riesgos de aceleración inflacionaria o de que no converja hacia el rango objetivo debido a desarrollos geopolíticos, aumento de la demanda con restricciones de oferta y deterioro de los términos de intercambio globales.
La guerra, que cumple 22 meses, ha afectado al Producto Interno Bruto, que registró una contracción del 3,5% en el trimestre de abril a junio. La confrontación de 12 días con Irán en junio provocó cierres de empresas y redujo el gasto de consumidores, las exportaciones y la inversión. El banco central recortó las tasas por última vez en enero de 2024, primer ajuste en casi cuatro años, con el objetivo de apoyar a hogares y empresas ante los impactos de la guerra con el grupo terrorista Hamás.