El Banco de Israel ha revisado sus proyecciones de crecimiento para los años 2023 y 2024, en medio de un escenario de “alto nivel” de incertidumbre desencadenado por la prolongada guerra con el grupo terrorista Hamás.
Según las últimas estimaciones, se espera que la economía israelí experimente un crecimiento del 2% anual durante ambos años, lo que representa una disminución significativa en comparación con las previsiones anteriores.
En octubre, el banco central había proyectado un crecimiento del 2,3% para 2023 y del 2,8% para 2024. Estas cifras ya suponían una revisión a la baja desde las expectativas iniciales de un crecimiento del 3% para cada uno de esos años.
La actualización de las proyecciones se basa en la premisa de que el impacto directo del conflicto con Hamás continuará afectando la economía en 2024, aunque con una intensidad decreciente. Esta hipótesis difiere del supuesto anterior, que limitaba el impacto económico directo del conflicto al cuarto trimestre de 2023.
En un movimiento que refleja la necesidad de equilibrio en un periodo de incertidumbre, el Banco de Israel ha decidido mantener su tipo de interés de referencia en el 4,75%. Esta decisión se alinea con las previsiones de la mayoría de los economistas y marca la cuarta vez desde julio que el banco central opta por no alterar los costos de endeudamiento.
Esta estabilidad en la política monetaria se produce en un momento en que Israel afronta más de 50 días de guerra contra Hamás.
Cabe destacar que, en un esfuerzo por frenar la inflación, el Banco de Israel había incrementado previamente los tipos de interés desde un mínimo histórico del 0,1% en abril de 2022 hasta el actual 4,75% en julio de 2023. Este aumento en la carga de los intereses ya había comenzado a impactar a los hogares y a los poseedores de hipotecas incluso antes del estallido del conflicto, evidenciando las complejas dinámicas económicas que enfrenta la nación en este contexto bélico.